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Por Publicado el: 10/01/2014Categorías: Recomendación

ESPECTACULAR PUESTA EN ESCENA PARA “TRISTÁN E ISOLDA”

ESPECTACULAR PUESTA EN ESCENA PARA TRISTÁN E ISOLDA

Tristán e Isolda es un título que ha tenido una suerte muy desigual en los teatros de Madrid. Peter Schneider dirigió una equivocada puesta en escena de Emilio Sagi en el Teatro de la Zarzuela en mayo de 1989, con un desolador Richard Versalle como Tristán y una despistada Montserrat Caballé haciendo de Isolda. En enero de 2008, se pudo contemplar la primera apuesta del Teatro Real para la pieza, en un montaje poco afortunado de Lluís Pasqual para una todavía más desafortunada dirección musical de Jesús López Cobos, por ajena al espíritu de la obra y apática expresivamente (aunque coincidieron en las tablas en cinco de las nueve representaciones dos monstruos de la talla de René Pape y Waltraud Meier, como Marke e Isolda). Por cierto Tristán fue entonces Robert Dean Smith, es decir el mismo cantante que la va a protagonizar esta vez. Pero entre estas dos versiones, Madrid tuvo el honor de poder contar con la Staatskapelle Berlin con Barenboim –eso sí, por una millonada- para cinco funciones, entre el 17 y el 28 de junio de 2000, ¡con Jerusalem, la Meier, Salminen y Schmidt! Fue nada menos que la puesta en escena de Harry Kupfer, con toda propiedad el mejor montaje visto en un escenario desde aquel legendario de Wieland Wagner, y antes de que Jean-Pierre Ponnelle (1983) y Heiner Müller (1995) dijeran la última palabra sobre el asunto hasta hoy.  Suerte desigual, digo: mediocridades y una referencia. ¿Va  aportar algo –o mucho- la versión  que va a subir a escena este domingo, día 12, en el Real madrileño? Vayamos por partes: la musical y la escénica.

La primera duda musical se generó hace unas semanas cuando Teodor Currentzis comunicó la cancelación de su participación por enfermedad (ya ha sido operado, y se encuentra en buen estado). En el teatro se consideró (Mortier consideró) que Marc Piollet podría ser un buen sustituto. Con razón. Porque a los que les empezaron a caer gotas de sudor por la espalda nada más pensar que el mismo director que estaba haciendo L´elisir d´amore iba a torear el terrible miura no repararon en que Piollet fue el que dirigió las piezas de Wagner incluidas en C(h)oeurs. Aquel espectáculo fue muy cuestionado, pero la dirección musical de Piollet fue excelente. Este señor tiene ya en su haber, además, una muy grata Tetralogía. Atención,  va a sorprender a más de uno.

Segunda duda. La Urmana. ¿La recuerdan en Lady Macbeth la temporada pasada? No podía con sus huesos, pero al parecer, y a juzgar por los ensayos, está otra vez que se sale. Es una artista como la copa de un pino, y vocalmente se encuentra en el momento ideal para Isolda.

Tercera duda. Muy razonable. El resto de los cantantes. Comenzando por Robert Dean Smith, un Tristán convertido por los teatros en “oficial”, o sea, en  insuficiente pero plausible; un Tristán que da las notas pero del que no se puede esperar maravillas: dice él que el papel no se debe cantar con emociones, porque si no desborda: pues eso, insuficiente. Ekaterina Gubanova es una gran cantante, que ya lo demostró en 2005, en París, en el estreno de esta producción, con su Brangania. Repite aquí. Franz-Josef Selig tiene una voz importante; cantante algo “bramador”,  seguro que hará un Marke potente, aunque quizá no tan noble como sería deseable.  Jukka Rasilainen, por su parte, acaba de debutar Holandés. Toda una garantía para Kurwenal.

Y últimas dudas. No son tales: la producción, con dirección escénica de Peter Sellars y videomontaje de Bill Viola. Les recomiendo que se dejen caer por la Real Academia de Bellas Artes, donde el señor Viola expone cuatro obras videográfic as; son un buen aperitivo para lo que se verá en el Real. ¿De qué va a ir el asunto? El espectador verá a unos cantantes muy dirigidos por Sellars, que evolucionan en un espacio prácticamente vacío. Y al fondo una pantalla enorme en la que se desarrollan los montajes videográficos.  A mí me parece un montaje genial, bellísimo, y que en absoluto distrae. Hay mucha esencia y poco “rollo” moderno iconoclasta. Por eso destroza la idea de que es la típica puesta en escena made in Mortier, porque Mortier ha dado algunas veces luz a auténticos bodrios. Nada de eso sucede aquí. Hay mucho fundamento en todo, y todo funciona.

En resumen: mi recomendación es absoluta. PGM

WAGNER: Tristán e Isolda. Robert Dean Smith, Violeta Urmana, Franz-Josef Selig, Ekaterina  Gubanova, Jukka Rasilainen, etc. Coro y Orquesta del Teatro Real. Director musical: Marc Piollet. Dirección de escena: Peter Sellars. Montaje videográfico: Bill Viola.12,16, 19,23,27 y 31 de enero; 4 y 8 de febrero. 18.00. Entre 10 y 381 €. (estreno); entre 10 y 213 €l. (resto)

[youtube]http://youtu.be/B2ozceQyTIU[/youtube]

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