VA POR TI,MAESTRO
Andrea Bacchetti
VA POR TI, MAESTRO SCARLATTI
A todo el mundo le suena; y lo que es peor, todo el mundo dice saber que Domenico Scarlatti, el maestro napolitano de nacimiento y madrileño de adopción, fue un señor que escribió unas cuantas sonatas para el clavecín, y que esa es una música de gran importancia en su contexto histórico, e incluso en nuestros días. Pero ¿cuántos aficionados se han sentado a escuchar esa música seriamente? Y no hay excusas: todos los grandes clavecinistas (y pianistas, naturalmente) que lo son han dejado su huella en la interpretación de esta música fantástica, un prodigio de imaginación e inventiva. Empezando por Ralph Kirkpatrick, autor de la edición de las 555 piezas agrupadas en la serie; siguiendo por el incontestable Gustav Leonhardt, y ¿acabando? por Trevor Pinnock o Pierre Hantaï, entre los clavicembalistas. Pero tampoco ningún pianista serio ha escapado a la luz scarlattiana: Vladimir Horowitz, Clara Haskil, Murray Perahia, Alicia Larrocha, András Schiff, Christian Zacharias o Ivo Pogorelich, entre los pianistas, por citar unos pocos. Y después está el gran Scott Ross, autor de una de las integrales (34 cedés) más reputadas (personalmente la prefiero a las de Staier o Hantaï). Así que, ¿tenemos excusa para no saber de qué va esto? Por si acaso, el Instituto Italiano lleva ya unos años tratando de poner las cosas en su sitio.
Domenico Scarlatti fue el sexto de los diez hijos que tuvo el profesor Alessandro Scarlatti, y uno de sus discípulos más aventajados. Eso sucedía en Nápoles (el mismo año que vio la luz Johann Sebastian Bach), en un Nápoles español del que a los 16 años se convertiría en organista de la Corte. Tras varios viajes y estancias italianas, D. Scarlatti recaló en Lisboa, y luego en Sevilla, donde se sabe que se interesó por la música popular andaluza, una influencia que nunca abandonaría en sus sonatas. Por fin, ya casi cincuentón, se estableció en Madrid, donde pasó el resto de sus días, es decir entre 1733 y 1757. Pues bien, en ese aproximadamente cuarto de siglo escribió Scarlatti la serie completa de sonatas.
Son piezas bipartitas (firmadas alguna con el nombre de Domingo) que desarrollan un exuberante material temático y una prodigiosa vida rítmica. Como no son nada fáciles, durante mucho tiempo se las ha visto como piezas de virtuosismo, lo que nada está más lejos del personalísimo mundo expresivo que encierran. Es una música, además, de extrema modernidad en la escritura armónica y plagada de atrevidas e irreverentes modulaciones. En suma, un prodigioso ejemplo de hasta dónde puede llegar la audacia de un compositor que prácticamente se está fijando todo el tiempo en la música popular. Una especie de precedente del folclore imaginario de Falla o Bartók.
El Instituto Italiano, decía arriba, está poniendo las cosas en su sitio, es decir, haciendo lo que nadie en España (que yo sepa) ha hecho nunca, no otra cosa que programar la serie completa de las sonatas. Todo empezó en octubre de 2012, cuando en los Teatros del Canal abrió el ciclo Gabriele Cercano; después llegaron, entre otros, Nicolau Figueiredo y Pieter-Jan Belder (que han grabado la integral), Christophe Rousset o Iván Martín, y ahora, en el que será tercer concierto en este 2014, Andrea Bacchetti, un singularísimo pianista, especialista en Bach, pero que últimamente está ampliando repertorio a buena velocidad.
Conocí a Bacchetti en mis años de redactor-jefe de la revista RITMO. A través de sus discos y en algún que otro encuentro telefónico esporádico. Es un hombre tenaz y de una fuerza expresiva que no desprenden ni su voz ni su cuerpo, pero sí sus dedos. Le sucede como a esos grandes pianistas que se transfiguran cuando se sientan a tocar. En su discografía más reciente acaba de incorporarse Scarlatti, con un importante trabajo de restauración sobre los manuscritos propiedad de Bárbara de Braganza, que se conserva en la Biblioteca Marciana de Venecia, a través de una herencia de Farinelli. Como se verá Bacchetti no se anda por las ramas a la hora de escoger sus fuentes.
Como viene siendo habitual, cada concierto en cuestión incluye obras de Scarlatti, junto a otras de autores favoritos del intérprete. Con Bacchetti no podía faltar Bach, una de sus más finas especialidades, y del que va a incluir dos corales, una toccata, un minueto del libro de Ana María Magdalena y el aria de las Variaciones Goldberg. Después hará seis sonatas de Scarlatti; la Fantasía K.397 y el Rondó K.485 de Mozart y dos nocturnos y un estudio de Chopin. O sea, un nada leve programa, lleno de sorpresas, que además, por si ya fuera poco, incluirá un estreno absoluto del compositor italiano Fabio Vacchi, que hasta hace nada todavía no tenía título definitivo, tal es la novedad absoluta que supone: 3post x Scarlatti. Más significativo, imposible. Pedro González Mira
Andrea Bacchetti, piano. Obras de Bach, Vacchi, D. Scarlatti, Mozart y Chopin. Instituto Italiano. Martes, 11, 20.00. Entrada libre.
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