UNA NOCHE CON LA WESTBROEK
Eva Marfia Westbroek como Anna
Nicole en la ópera de Turnage
UNA NOCHE CON LA WESTBROEK
La voz y el arte de la soprano holandesa Eva Maria Westbroek alcanzó su máxima notoriedad entre nosotros cuando la pudimos ver en Madrid interpretando el papel de Katerina Ismailova, en la ópera de Shostakovich, Lady Macbeth de Mtsensk. Para entonces ya se había hecho famosa por los teatros del mundo, cantando Siglinda, Chrysothemis o Jenufa. Otro éxito, sin embargo, la catapultó a la fama el mismo año,2011 (Royal Opera Hosuse, 17 de febrero, estreno absoluto), cuando protagonizó el papel principal de Anna Nicole, de Mark-Anthony Turnage, basada en la vida de la playmate Victoria Lynn Hogan, más conocida por Anna Nicole Smith, muerta en 2007 por sobredosis de metadona. Bien; como se verá la Wetsbroek escoge las óperas que canta no precisamente sin fijarse en su contenido femenino.
Tres meses después de Anna Nicole y siete antes de verla en el Real, cantó en el Metropilitan de Nueva York una absolutamente memorable Siglinda, dirigida musicalmente por James Levine, en el prólogo de la Tetralogía wagneriana de Robert Lepage; y sabemos, aunque no lo hayamos podido comprobar, que amplía repertorio hacia el italiano a marchas forzadas. Pensamos que, en todo caso, si se quedara donde está, a sus 44 años es ya una de las grandes sopranos de nuestro tiempo, una importantísima voz para una intérprete de primer orden. Pero es una cantante que hay que ver en directo, pues a su imponente presencia física añade una intensidad dramática y un sentido teatral admirables.
Regresa ahora a Madrid para cantar, en el ciclo Las Noches del Real, dos obras en un recital que dirigirá Alejo Pérez. Estas serán Knoxville: Summer of 1015, de Samuel Barber, y los Wesendonck Lieder de Richard Wagner. Nos parece poco, pero muy bueno. Creemos que es de muy buen gusto escoger la obra de Barber, con estupendo texto de James Agee, una pieza entre el costumbrismo country y la nueva música norteamericana que rezuma una rara intimidad pictórica, y por otro lado, pensamos en los Wesendonck como pieza ideal para la voz y el carácter de la protagonista.
El recital se completa con dos obras de envergadura: el poema sinfónico de Richard Strauss Muerte y transfiguración y la obertura Cockaigne, de Elgar, que junto a Falstaff consituyen las dos piezas sinfónicas de mediana duración más importantes del autor inglés. Por cierto, hemos estado a punto de poder escuchar esta última en versión de lujo, pues estaba anunciado que la dirigiría Daniel Barenboim en su visita a Madrid los días 5 y 6 de julio. Aprovecho para recordar que ha habido cambios, y no desde luego para peor, pues el primer día el astro argentino hará Don Quijote y Una vida de héroe, ambas de Richard Strauss, y el segundo la Incompleta de Schubert, junto a la Segunda de Elgar, que es verdadera especialidad de la casa. Normalmente las entradas para este tipo de conciertos se agotan con extrema rapidez; por eso aprovecho para recordar que todavía se está a tiempo de comprar las pocas que, me consta, todavía quedan en taquilla. Por otro lado, emplazo a mis lectores a que abran esta página el viernes 4, pues será entonces cuando me extienda acerca de esos contenidos. Pedro González Mira
Eva Maria Westbroek, soprano. Orquesta del Teatro Real. Dir.: Alejo Pérez. Obras de Elgar, Barber, Wagner y R. Strauss. Martes 24, 20.00. Entre 8 y 90 €.
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