Digno homenaje straussiano en A Coruña
DIGNO HOMENAJE STRAUSSIANO
Richard Strauss: escenas y fragmentos sinfónicos de “El caballero de la rosa”, “Ariadna en Naxos”, “Capricho”, “Elektra”, “Intermezzo” y “Salomé”. LiseLindstrom, Daniela Sindram, María José Moreno, Mercedes Arcuri. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: GünterNeuhold. Temporada Lírica A Coruña 14/15.
El concierto era un claro recordatorio de los 150 años del nacimiento del compositor bávaro. Muy dignos mimbres se dispusieron para ello. En primer lugar, un conjunto sinfónico de sonoridad bien trabajada, de personalidad reconocible, equilibrado en todas sus familias. Luego una batuta solvente y experta como la del austriaco Neuhold, que por lo general supo plegarse a las voces, aunque no tuviera la espirituosidad y el sentido cadencial que exigen, por ejemplo, los valses de“El caballero de la rosa”; ni tratara con sutileza las soñadoras superficies de la música lunar de “Capricho”. Pero supo dar impulso y subrayar convenientemente la áspera rítmica de la “Danza de los siete velos” de “Salomé”.
LiseLandstrom no es una soprano dramática, sino, como mucho, una “spinto”: timbre más bien claro, falta de metal y penetración en el agudo, cierta debilidad en los graves. No posee la fiereza propia de una Elektra. Se muestra prudente en la expresión y exhibeuna actitud un tanto impávida. Dijo bien la frase inicial de la Mariscala en el maravilloso trío de “El caballero” y moldeó con inteligencia, aunque desde un tono de relativa densidad, la escena final de “Salomé”. La secundaron adecuadamente en aquel número, que no alcanzó la altura interpretativa apropiada hasta sus últimos compases, María José Moreno y Daniela Sindram, la una con su grácil acento y tersa sonoridad, la otra con su oscuro y recio instrumento de mezzo, puede que empleado sin la flexibilidad deseada, lo que acusó también en el monólogo del Compositor de “Ariadna”, donde no percibimos el necesario toque poético.
Moreno y Sindram cantaron muy bien el dúo de cierre de “El caballero” y Mercedes Arcuri, de timbre pajaril, extensión notable y agilidades bien resueltas, abordó con cierta soltura las zonas astrales de la tan difícil aria de Zerbinetta de “Ariadna”. Dos motas, no obstante: brillo muy relativo y deficiente reproducción de los trinos. El éxito fue grande al final de la velada. Arturo Reverter
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