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Por Publicado el: 24/10/2014Categorías: Recomendación

Los viajes de Savall y Lavandera

 

SAVALL

 

VIAJES DIVERSOS

Esta semana (24-30 de octubre) hay en el Auditorio dos conciertos que, en su aparente oposición formal y estética, encierran una característica común: una aspiración temática que sobrepase la naturaleza de las propias músicas que plantean. En los dos casos se explora un mundo de relaciones, en el primero de ellos buscando la inspiración en la pintura, y en el segundo en los posibles nexos que pudieran existir entre músicas de dos tiempos distintos, pero pensadas para el mismo instrumento. El primero está protagonizado por Jordi Savall, con sus Hespèrion XXI y la Capella Reial de Catalunya. El segundo, por el pianista Horacio Lavandera.

       Savall, en un ejercicio que le gusta mucho y por eso hace con frecuencia, se instala en una determinada época o personaje para presentar las músicas de alrededor. Este año toca El Greco, y el de Igualada se ha subido al carro con un concierto programado en dos partes, que él ha titulado ´De Creta a Italia´ y ´De Italia a España´.  Dos viajes cuya intención está bastante clara y es bastante clara: bucear en las músicas que rodearon al pintor griego durante toda su vida. Sabemos cómo se las gasta Savall cuando hace estas cosas, y al margen de los resultados interpretativos que se puedan prever, siempre estupendos, la contemplación sola del programa causa admiración.  No solo nos plantea este escuchar; también que situemos lo que escuchamos  en su contexto histórico exacto. Se programan muchas piezas anónimas, pero documentadas en su ubicación. El programa nos habla así de acontecimientos que van desde el nacimiento de El Greco a la abdicación de Carlos V; desde el primer viaje de El Greco a Italia hasta su instalación en Roma; desde la batalla de Lepanto hasta el fracaso de la Armada de Felipe II; o desde la expulsión de los moriscos hasta la muerte del pintor. Y en todo ese tiempo se nos invitará a escuchar obras de Isaac, Cristóbal Morales o Parabosco; o de Diego Ortiz y Tomás Luis de Victoria, por citar algunos ejemplos. La conclusión es inmediata: otro divertido –por inteligente- programa de Savall.  El concierto pertenece al ciclo Universo Barroco, del CNDM, que hace una semana nos dejó con la boca abierta con la magistral Alcina  haendeliana. Nuevamente, recomendación máxima.

        Por su parte, el sábado 25 y el miércoles 29, el pianista argentino Horacio Lavandera parece estar en la línea de su maestro, Mauricio Pollini, al mirar con un ojo hacia el piano del XIX y con el otro al del XX. Así, en un concierto perteneciente al ciclo Festival de Música Clásica x Contemporáneos (que se prolongará hasta el 10 de diciembre), Lavandera va a intentar dar cuerpo a la máxima de este festival: “actualizar la visión de los clásicos y poner en evidencia los orígenes de lo contemporáneo” Para ello ha escogido el piano de dos compositores, mezclando en el mismo concierto sonatas del primero (Beethoven: Núms. 23 y 31 en el primer concierto; Núms. 21 y 32 en el otro) con piezas de las Klavierstücke de Stockhausen. Como es sabido, Beethoven nos dejó 32 sonatas, cuya composición repartió a lo largo de su vida, agrupadas, según opinión extendida, en tres periodos. Stockhausen escribió sus 19 Klaviestücke en cuatro tandas (primera: de la uno a la cuatro, en 1952; segunda: de la cinco a la 10, entre 1954 y 1955; tercera: la Klavierstück IX, en 1956 ; y quinta: de la XII a la XIX, en 1979 y años posteriores. Las, al parecer, dos de la cuarta tanda quedaron sin escribir). La pregunta sería. ¿Qué relación hay entre las sonatas del sordo y las piezas de Stockhausen?  Pues seguramente ninguna que goce de la inmediatez que parece exigir una pregunta como esa, pero mucha si uno escucha cada música no solo con el objetivo de pasar el rato (que también, obviamente) sino con la certeza de que una escucha inteligente, y por ello más plena, ha de pasar por hacerse preguntas; preguntas a cada nota, cada pasaje, cada episodio, para tratar de encontrar una lógica a la evolución del pensamiento, que no es más que la evolución a que uno debe de someterse si no quiere acabar su vida convertido en un trozo de carne. En este caso la lógica buscada ha de partir de una idea tan sencilla como que todos los compositores-pianistas importantes a partir del siglo XVIII  dejaron escritas unas cuantas piezas para piano sin nombre, porque todos buscaron la abstracción del sonido frente al descriptivismo sicológico. Beethoven fue campeón en eso, y hemos de pensar que confrontarlo con el terrible (bueno, eso era antes) Stockhausen parece una idea más que acertada. Pedro González Mira

Hesperion XXI. La Capella Reial de Catalunya. Dir.: Jordi Savall. Obras de Isaac, Desprez, Morales, Parabosco, De Rore, Brudieu, Ortiz, Gombert, Cotes, Victoria y Anónimos. Auditorio Nacional de Música, Sala sinfónica. Martes 28, 19.30. Entre 15 y 40 €.

Horacio Lavandera, piano. Obras de Beethoven y Stockhausen. Auditorio Nacional de Música, Sala de cámara. Sábado 25, 22.30; Miércoles 29, 19.30. Entre 15 y 20 €.

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