LA CERCANÍA DEL LIED
LA CERCANÍA DEL LIED
Hace muy poco que el barítono Christian Gerhaher entró en la lista de galardonados de uno de los reconocimientos vocales más importantes de Europa, los Premios Líricos Teatro Campoamor, ya en su edición decimocuarta. El premio es el correspondiente a la categoría de ´Mejor cantante de recital´, y ha recaído en él por la interpretación de Lieder de Schumann que realizó en la pasada entrega del Ciclo de Lied, en el Teatro de la Zarzuela, de Madrid. Ha querido, pues, la casualidad que haya sucedido ahora, cuando Gerhaher regresa a la capital madrileña, y de nuevo al magnífico ciclo, sin duda uno de los históricos que resiste el paso del tiempo, con sus correspondientes crisis. Amigo de los monográficos, en esta ocasión es Mahler el compositor escogido, del que hará un programa muy parecido al que tiene grabado para el sello Sony: los Lieder eines fahrenden Gesellen y los Rückert-Lieder, más una selección de Des Knaben Wunderhorn en sustitución de los Kindertotenlieder que incluyó en la grabación, allí en la versión orquestal. Naturalmente, en este recital interpretará las versiones con piano, cuyo acompañante será –como en el pasado marzo- Gerold Huber.
A sus 45 años, Gerhaher, alemán de nacimiento, está en plena madurez. Es un cantante que recoge las mejores esencias de la tradición liederística germana. Es un hombre de amplios conocimientos y rica preparación, no en vano a su actividad de cantante profesional une su condición de doctor en Medicina y Filosofía. También conoce los entresijos del violín y la viola, instrumentos que incluyó en sus estudios y formación básica. Pero quizá el dato curricular que más llama la atención es el haber participado en clases magistrales con cantantes como Inge Borkh, Elisabeth Schwarzkopf o Dietrich Fischer-Dieskau. No se parece a ninguno de ellos, desde luego, pero todos están de alguna manera presentes en sus genes liederísticos. Todos ellos fueron grandes cantantes de ópera, pero mostraron una especial finura a la hora de enfrentase al Lied. Y eso, finura estilística, es la impresión que nos da Gerhaher cuando le escuchamos; incluso en sus más felices interpretaciones operísticas: Wozzech, Pelleas u Orfeo; o también Papageno o Fígaro.
Nos gusta más en Schumann, Schubert o Wolf que en Mahler, aunque a lo mejor tenga algo que ver en esto la fatiga con que solemos abordar –cada vez más- un repertorio tan manido. Decididamente, no nos declaramos admiradores incondicionales de los Wunderhorn o de las ´Canciones del camarada´; y escuchamos con una atención menos tocada por la rutina el que seguramente sea el mejor ciclo del bohemio, es decir, las canciones sobre textos de Friedrich Rückert, y tanto en versión masculina como femenina.
Independientemente de gustos personales, este es un recital que recomiendo plenamente. Estamos ante un auténtico especialista, y además este es un género al que se le da poca vida, a pesar de ser el que mejor concentra todas las grandes características y posibilidades líricas y dramáticas de la voz humana como instrumento. Se dice frecuentemente que es para unos pocos, y es estrictamente falso: no por ser la música en su estado más natural pone en peligro su expresividad sonora y capacidad comunicativa. Al contrario, se trata de la forma más cercana y auténtica de entender el arte del Canto. Pedro González Mira
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