La política hunde les Arts
La política hunde les Arts
Lamentablemente se hunde uno de los proyectos artísticos más relevantes que ha tenido nuestro país en los últimos años. Asombra cada cosa que se va sabiendo del Palau de les Arts. Han pasado ya tres meses desde que un juez y, sobre todo, un fiscal sacaron textualmente de la cama a Helga Schmidt, registraron la habitación de su hotel y después su despacho, desde las ocho de la mañana hasta casi las tres de la madrugada, metiendo todo en cajas con exposición mediática de un ejercito de coches y helicópteros policiales. Han transcurrido tres meses, pero ¿en qué ha avanzado la justicia en ellos? Prácticamente en nada. El juez pidió la baja a los cuatro días, su sustituta parece non querer saber nada del lío y las cajas apenas acaban de ser abiertas. En ellas estaba el pasaporte de la ex intendente, que en breve podrá regresar a su casa en la Toscana, después de estar tres meses teniendo que pagarse una habitación de hotel. Claro, que podía haber sido peor, porque todo puede ser peor, y a punto estuvo de tener que esperar justicia en una celda. Y eso que ya parece comprobado que nada de nada de comisiones artísticas con una sociedad que no era suya y en la que figuró como consejera, sin cobrar un duro, por iniciativa política.
Sabemos que la cuestión proviene de un informe bautizado como “Diógenes”, irrelevante, mal redactado y desechado en dos ocasiones por la intervención de la Generalitat y por la propia actual consejera de cultura, la misma que cesó a Schmidt. La misma que nombró nuevo intendente a Davide Livermore, un regista a quien la propia Schmidt llevó a les Arts para dirigir el Centro de Perfeccionamiento. Escuchamos a María José Catalá, la consejera, asegurar que Livermore ganaría menos que su antecesora, es decir, menos de 68.000€. Livermore, que tiene talento, estaba empezando su carrera como director de escena y estuvo encantado con el nombramiento hasta que le pusieron a la firma su contrato. El intendente ha de tener dedicación exclusiva y no ganar un duro más. Es obvio que no entraba en sus cálculos, como no entraría en los de ningún regista, que puede ingresar la mitad por cada regia que proyecte, en el propio Palau o en otros teatros. Conclusión, que no firmó tal contrato. De hecho cobrará este mes su sueldo, la dirección de “Norma” en el propio teatro y su cargo docente en Turín. Pero sin firmarlo y por tanto sin ser el intendente y tan sólo director artístico del juvenil Centro de Perfeccionamiento, nombró tres directores musicales en presencia de Catalá.
La chapuza se intenta arreglar con un brevísimo contrato temporal mientras se cambia lo que haya que cambiar para que Livermore pueda hacer regias y cobrar por ellas, dentro o fuera de les Arts, con las conocidas posibilidades de indeseables intercambios que todos los que estamos en esto, pero parece que no la consejera.
De Maazel y Mehta o del Chailly que pudo ser y no fue les Arts pasará a Fabio Biondi, Roberto Abbado y Ramón Tebar. En su momento también echaré estas cuentas. Gonzalo Alonso
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