O. Sinfónica de RTVE: Abanico de sonoridades
ABANICO DE SONORIDADES
Orquesta Sinfónica y Coro de Radio-Televisión Española
Dir.: Enrique García Asensio, Pinchas Steinberg, Carlos Kalmar. Teatro Monumental, Madrid, abril y mayo de 2015.
En un itinerario de cuatro semanas sin pausa, la Sinfónica de RTVE ha pasado por tres directores, nueve obras y ocho compositores, toda una panoplia estilística y sonora que el conjunto ha abordado con fresca musicalidad y total competencia técnica. El itinerario comenzó, 9-10 de abril, con el regreso de un otrora titular –en dos etapas- de la formación, Enrique García Asensio, pero con un inesperado duelo: el fallecimiento, a los 80 años, del querido maestro Claudio Prieto convirtió el previsto homenaje con la interpretación de sus “Ensoñaciones” en un ‘in memoriam’. García Asensio dirigió la obra con cariño y convicción, que se dieron también en “El amor brujo”, con la irreemplazable Carmen Linares como solista, y en la sugestiva y vibrante lectura de la “Segunda Sinfonía” de Brahms. El severo director israelí Pinchas Steinberg, de reputado linaje musical, volvió a sentar cátedra –todavía se recuerda su “Mujer sin sombra” de Richard Strauss en el Teatro Real, abril de 2005- con la última Sinfonía de Haydn, la “104”, y la penúltima de Dvorak, la “Octava”. Steinberg hijo trajo sonoridades suntuarias –inolvidable Adagio de la segunda obra- y detallismo rítmico al conjunto de RTVE, en doble jornada para las antologías.
El titular de la agrupación, Carlos Kalmar, responsable de los dos últimos programas, persiste en sus innecesarios discursos que alargan las sesiones: ¡mira que ponerse a explicar al público el “Concierto de Aranjuez”! El primero de sus dos programas era, como otras veces, un ‘totum revolotum’, mezclando al estonio Tüür con Bernstein y Rodrigo, pero no se pudo discutir la categoría de sus traducciones musicales. La cuerda de la RTVE bordó la compleja “Insula deserta” de Erkki-Sven Tüür (Kärdla, 1959) y el acompañamiento a ese fenómeno de la guitarra que es Pablo Sainz Villegas, que recrea el “Aranjuez” allá donde lo toca –inmenso en la cadencia del célebre segundo movimiento-, fue ejemplar. El solista regaló, en completa exhibición de medios, la “Gran Jota de Concierto” de Tárrega. Kalmar no es Dudamel a la hora de hacer que las “Danzas Sinfónicas” de “West Side Story” echen fuego, pero su traducción fue matizada y excelente en conjunto, y aún más lo fue en esa divertida página que es “El flautista increíble” de Walter Piston, donde la actuación de la solista Mónica Raga fue encomiable. El segundo programa de Kalmar, el 1 de mayo, acaso se concibió en función de la fecha y fue un monográfico Shostakovich, con obra tan apropiada como “El canto de los bosques”, estrenado entre nosotros, hace décadas, por Odón Alonso con los mismo conjuntos de RTVE, y nacido en 1949 al amparo de la 3ª Ley Agraria stalinista. El Coro de RTVE cantó magníficamente los acomodaticios versos de Dolmatovsky, acompañado por el Coro de la Comunidad de Madrid y los Pequeños Cantores de la JORCAM. Aunque las fechas no son lejanas, difícilmente puede haber una obra tan distante de la cantata como la “Décima Sinfonía” (1954) del compositor soviético, concebida como reflexión y liberación tras la muerte de Stalin. Kalmar se lanzó a tumba abierta con la imponente partitura y obtuvo sonoridades espléndidas de la orquesta, ‘pianissimos’ de cortar la respiración –Coda del Moderato inicial- arrebatos brutales –en el impactante segundo tiempo-, y hasta gestos de humorismo –el inesperado arranque del clarinete que abre, tras la introducción, el Allegro del Finale-, en la que ha sido una de sus mejores interpretaciones al frente de la institución, premiada con entusiasmo por el público. Lo que demuestra este cuádruple itinerario es la vitalidad de estos conjuntos al llegar al medio siglo de existencia. José Luis Pérez de Arteaga
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