No estoy de acuerdo con la crítica de Gonzalo Alonso de la ópera Luisa Miller. No es verdad que el público cambiara de opinion y pasar de los abucheos a los bravos.
Tras la obertura solo hubo una o dos personas que abuchearan; tras el primer acto, cuatro o cinco abucheadores, que fueron acallados por el aplauso y los bravos de gran parte del público.
En mi opinion hubo unas pocas personas predispuestas a abuchear sea cual fuera el resultado, que fueros acalladas por el resto del público desde el mismo principio. J.
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