COMIENZO DE TEMPORADA

Hola, amigos. Tras un breve período de descanso veraniego, vuelvo con vosotros para, cada semana, ofreceros en mi RECOMENDACIÓN las, a mi juicio, mejores opciones que se puedan extraer de la programación de conciertos. Recordad: entiendo por semana la que va desde el viernes hasta el jueves siguiente, que es el criterio adoptado por las guías de espectáculos. De esta manera, todos los viernes, salvo casos muy excepcionales, desde las 08.00 tendréis colgado un artículo que se referirá a conciertos que van a tener lugar a partir de ese día, y hasta el jueves siguiente, ambos inclusive. Esta semana, sirva de ejemplo, comprende los días 11 al 17 de septiembre. Y en ella comienzan dos importantes ciclos.

      Si abrimos el programa general de Ibermúsica de esta temporada, en la página 13 nos encontraremos con una foto atípica, la del director y nuevo director adjunto de la empresa, respectivamente Alfonso Aijón y Llorenç Caballero. Y al lado, un texto explicativo con –para abonados y consumidores de los conciertos de la marca en general- una breve explicación acerca de la incorporación de Caballero. Los lectores de Beckmesser.com, y en concreto de esta página, ya recibieron la temporada pasada información suficiente acerca de la crisis por la que atravesaba la empresa de conciertos de nuestro buen amigo Alfonso Aijón. Es necesario, pues, felicitar a los dos por haber sido capaces de dar continuidad al ciclo; y felicitarnos a nosotros mismos, a todos los aficionados a la música, por poder seguir disfrutando en sus dos series de las mejores orquestas, solistas y directores del mundo.

       La temporada comienza con un verdadero clásico. Un director que a sus 79 años, y después de hacer todo lo que ya ha hecho, está por encima del bien y del mal. De manera que haga lo que haga siempre será un placer estar con él, con el último invitado de la Filarmónica de Viena para dirigir el Concierto de Años Nuevo; con uno de los artífices –junto al desaparecido Lorin Maazel- de la extraordinaria orquesta del Palau de les Arts de Valencia; con un director que salta del Metropilitan al Covent Garden, de Berlín a Viena, de Israel al Festival de Salzburgo o de la Filarmónica de Nueva York al Mayo Musical Florentino con la agilidad de un pajarillo, la fuerza de un gigante o la pasión de un enamorado. Es desde luego difícil encontrar un director que haya corrido tanto, y con tan abultado equipaje musical. Los dos últimos grandes recuerdos que este comentarista guarda de él en la última década son su Tetralogía y su Fidelio últimos. La primera se relaciona con  la Orquesta que escucharemos esta semana, la del Mayo Musical Florentino, porque ese Anillo (el de la Fura dels Baus, ya saben) se vio en Valencia como coproducción precisamente con el Festival florentino. Y la segunda, ciertamente un magnífico Fidelio, porque el primero de los dos conciertos que Mehta dará de esta semana se abrirá con la Leonora III beethoveniana, que el director de Bombay incluyó en su versión valenciana, y de la que trazó una soberbia interpretación. Este se completará con las sinfonías núms.8 y Heroica, naturalmente en ese orden. El segundo lo  integrará una obra única, la tercera sinfonía de Mahler, con los Pequeños Cantores de la JORCAM, el Orfeón Donostiarra y la soprano Lioba Braun.

     Cuando estos dos conciertos hayan tenido lugar (martes 15 y miércoles 16) la Orquesta y Coro Nacionales de España estarán trabajando en los últimos ensayos de la segunda sinfonía de Mahler (¡Mahler, siempre Mahler! ), obra con la que da comienzo la temporada de la ONE, dos días después, con un titular que ya le hubiera gustado inventar a este comentarista: dice el programa: ´El comienzo de la Era Afkham´ . No se puede ser más expeditivo, espectacular y comprometido. ¿Por qué? Pues sencillamente porque con este canto a la monumentalidad mortuoria que es la obra mahleriana, David Afkham se estrena oficialmente como director principal de la agrupación española. Con buen criterio, ha escogido esta música (de trozos inacabables junto a pasajes sublimes) para inaugurar temporada, guardándose otras músicas más indiscutibles para después. Por ejemplo, unas primera y cuarta de Brahms, un Holandés errante en versión de concierto o un Requiem alemán. Entre otras, y bastantes otras, porque al fin las intervenciones de Afkham van a tener la continuidad  que la Orquesta necesita para ir comprendiendo las formas, métodos y estilo de su nuevo titular. La agrupación pasa por un buen momento digamos técnico, pero, si quiere de verdad competir con el mundo real de las grandes orquestas del planeta, debe trabajar con más ahínco los aspectos más virtuales del ejecutante al convertirse en verdadero intérprete. Y en ese sentido le ha tocado una especie de lotería con Afkham, porque el joven director trabaja bien, con criterio y personalidad propia, esos aspectos. Nadie le va a pedir a la ONE que suene como la Filarmónica de Berlin, Pero sí que suene como la ONE, lo que quiere decir, que acabe con las ideas sonoras únicas y que comience a ser ella misma, cada vez. Tiene ahora una oportunidad de oro para conseguirlo. Pedro González Mira