Una Parténope sin Jaroussky
PARTÉNOPE (G. F.HAENDEL)
Auditorio el Baluarte de Pamplona. 19 Enero 2016.
Esta ópera de Haendel no forma parte de las más populares de su autor, aunque se ha representado en los últimos años con más frecuencia que lo que muchos creen. De hecho, en los 5 últimos años se ha representado escénicamente en Europa, América y Oceanía y con notable éxito. Indudablemente, se trata de una de las pocas óperas semi- serias de Haendel y pide a gritos una puesta en escena adecuada, quedando notablemente infravalorada en una versión de concierto.
Al rebufo de una grabación discográfica de la ópera, se ha organizado una gira de conciertos, que comenzó el pasado día 13 en París y terminará el próximo día 23 en el Auditorio de Madrid. Esta gira se había montado alrededor de la figura del contratenor Philippe Jaroussky, uno de los cantantes más mediáticos de la actualidad en el repertorio barroco. Justamente, la víspera de comenzar la gira falleció el padre de la estrella, lo que le llevó a cancelar su participación. El impacto mediático de esta cancelación ha sido muy grande y algunos teatros se han visto en la necesidad (poco justificada desde mi punto de vista) de cancelar el concierto (caso de La Coruña) o de ofrecer la posibilidad de devolver las localidades (caso de El Baluarte). Todo ello ha contribuido a que el auditorio ofreciera un aspecto desolador.
Como digo, la gira estaba centrada en la promoción del nuevo disco y contaba con las fuerzas musicales de la grabación, es decir la orquesta Il Pomo d’Oro, aunque también ha habido sustitución en la gira, ya que Ricardo Minasi causó baja en la dirección de la orquesta días antes de empezar la gira, siendo sustituido para la misma por el clavecinista de la formación, el joven (26) Maxim Emelyanychev. La orquesta es algo más reducida que lo habitual en estas óperas, ya que no pasaba de 20 profesores, incluyendo los metales. Me pareció una buena orquesta, aunque no excepcional, sobre todo comparándola con otras que circulan por los escenarios del mundo. En cuanto a la dirección de su joven maestro, mi opinión es bastante positiva. Hubo exceso de frialdad en el primer acto, pero la cosa mejoró notablemente en los dos últimos, resultando una dirección mucho más convincente. Hay, sin embargo, un aspecto de importancia que me resultó sorprendente. Tratándose de una de las pocas óperas semi-serias de Haendel – la única junto con Agrippina – faltó una mayor gracia y chispa en la versión, ya que parecía más una ópera dramática con final feliz. Se echó mucho en falta la representación escénica.
El personaje de Parténope fue interpretado por la soprano canadiense Karina Gauvin, que fue de menos a más durante el concierto. La encontré particularmente fría y tirante por arriba en el primer acto, para mostrarse más cómoda y adecuada en la continuación. La voz tiene una calidad indudable y está muy familiarizada con la ópera barroca.
Saludos
El contratenor americano Lawrence Zazzo tenía la difícil papeleta de sustituir a Philippe Jarouusky en el personaje de Arsace y salió triunfante de la prueba. Fue el cantante más brillante del reparto, siendo además uno de los pocos que vivió intensamente su parte en el concierto. La distancia mediática entre Jaroussky y Zazzo es mucho mayor que la artística.
Llamaba poderosamente la atención la presencia en el reparto de la mezzo-soprano americana Kate Aldrich en el personaje de Eurimene/Rosmira. No es Kate Aldrich una cantante habitual en ópera barroca, siendo su presencia mucho más frecuente en óperas de gran repertorio, especialmente Carmen. En su haber hay que señalar su expresividad, viviendo el personaje con intensidad, mientras que su voz sonaba un tanto sorda, cumpliendo sin excesos en los pasajes de agilidades.
La soprano húngara Emöke Barath me causó una positiva impresión en el personaje de Armindo. La voz es atractiva y canta con gusto. Habría sido interesante verla desenvolverse en escena.
Imágenes del concierto
John Mark Ainsley lo hizo bien en la parte de Emilio, resolviendo con solvencia sus dos importantes arias de la ópera.
Adecuado el bajo-barítono Victor Sicard en la breve parte de Ormonte.
El Baluarte ofrecía un aspecto desolador, con una entrada que no llegaba al 50 % de su aforo. Parece que las devoluciones de entradas fueron numerosas. El público se mostró frío durante el concierto, ofreciendo una cálida recepción final a los artistas. No hubo saludos individuales.
El concierto comenzó con 5 minutos de retraso y tuvo una duración total de 3 horas y 11 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 43 minutos. Sorprendente que se hiciera el descanso a los 10 minutos de iniciarse el segundo acto, como sorprendente fue la parada para afinar instrumentos antes de terminar el primer acto. Cuatro minutos de aplausos.
El precio de la entrada más cara era de 52 euros, costando 28 euros la más barata. José M. Irurzun
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