La crítica musical se rebela

La comidilla en el ambiente musical es estos días la feliz ocurrencia que han tenido los organizadores del homenaje a Plácido Domingo en el Bernabeu. El crítico que quisiera ir tenía que pagarse su entrada, porque la organización quería hacer taquilla. Naturalmente ha habido medios, como el ABC, que se han negado en rotundo, sus críticos no han asistido e incluso han publicado una nota con la explicación de por qué no hay en sus páginas la menor mención al desarrollo del acto.

¿Se habrá enterado Plácido Domingo?

Así el ABC ha publicado:

Un veto a los lectores

Anunciado por el propio Plácido Domingo como «un concierto para la historia» y concebido como un ambicioso homenaje al tenor español, el recital celebrado en el Bernabéu se convirtió anoche en justo lo contrario. La exclusión de buena parte de los medios de comunicación –a los que la organización invitó a pagar su entrada para cubrir el recital– es el motivo de que nuestros lectores no puedan hoy tener noticia del concierto. Si facilitar a los periodistas su tarea es un signo de civismo, por lo que tiene de respeto a la opinión pública y al derecho a la información, cobrar entrada a quienes desarrollan su trabajo en acontecimientos públicos es una de las peores formas de censura. No es el crítico de ABC el que se queda en la puerta, sino nuestros miles de lectores, vetados y excluidos de una noche que, por simple deferencia a Plácido Domingo, merecía ser contada.

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