Una fiesta para Juan Diego Flórez
Una fiesta para Juan Diego Flórez
ROSSINI OPERA FESTIVAL
Juan Diego Flórez, Michael Spyres (tenores), Ruth Iniesta, Salome Jicia, Pretty Yende (sopranos), Chiara Amarù. Cecilia Molinari (mezzosopranos), Nicola Alaimo (barítono), Marko Mimica, Pietro Spagnoli (bajos). Orquesta y Coro del Teatro Comunale de Bolonia. Dirección musical: Christopher Franklin. Pésaro, Adriatic Arena, 19–VIIII–2016.
Hace exactamente dos décadas, un jovenzuelo de 23 años dejaba con la boca abierta a propios y extraños. Era un total desconocido, que venía a sustituir a un cantante consagrado en el protagonista masculino de la ópera inédita de Gioachino Rossini “Matilde di Shabran”. Los oídos no daban crédito: había nacido un tenor belcantista que era la reencarnación viva de los tenores legendarios del siglo XIX, pero en versión modernizada. Con una apabullante perfección y una voz infinitamente más bella que sus predecesores. Además de un talento teatral innato.
Desde entonces, el artista limeño está muy vinculado con esta ciudad adriática, en la que vive e incluso acaba de hacerle ciudadano honorario y donde también ha nacido su hija. Él ha querido corresponder con “La Donna del Lago” y un concierto conmemorativo en el que participaron numerosos amigos, algunos ya veteranos (Nicola Alaimo, Pietro Spagnoli) pero casi todos de la nueva generación (destacando Chiara Amarù, Pretty Yende, Salome Jicia, Michael Spyers o las españolas Ruth Iniesta y Marina Monzò, sobresalientes ejemplos de la Accademia Rossiniana).
La gala estuvo muy bien planteada, pues recogía todos los títulos abordados por Flórez en el ROF, tanto farsas y óperas cómicas (“Il signor Bruschino”, “Il barbiere di Siviglia”, “La Cenerentola”, “Il viaggio a Reims”, “Le Comte Ory”, serias (“La Donna del Lago”, “Otello”, “Zelmira”), o la propia “Matilde di Shabran”, su ópera-fetiche, interpretada dos veces más en otra producción diferente. También hizo aquí su único Arnold en “Guillaume Tell”, un papel que marcó sin duda el límite de sus posibilidades, pero que afrontó muy inteligentemente desde sus medios de tenor lírico.
Todo ello iba acompañado de imágenes de los montajes en los que había intervenido, con lo que fue un viaje a la memoria. Una pequeña biografía musical con “lo mejor de Rossini”, a la que se sumaron la Orquesta y Coro del Teatro Comunale de Bolonia, muy bien dirigidos por el maestro norteamericano Christopher Franklin. Rafael Banús
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