TANNHÄUSER (R. WAGNER)

Teatro Maestranza de Sevilla. 28 Octubre 2016.

Inaugura su temporada de ópera Sevilla con Tanhäuser, que no se representaba en el Maestranza desde Octubre de 1997 en aquella producción de Werner Herzog que se pudo ver en la temporada siguiente en el Teatro Real. Lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor no es de aplicación a este caso, ya que el resultado artístico ha sido superior al de hace 19 años. Hemos asistido a una notable interpretación musical, una producción escénica clásica y sin mucho interés, y un reparto vocal, en el que han brillado los dos principales protagonistas.

Escena

La producción escénica es una colaboración del Maestranza con el Teatro Wielki de Poznan y lleva la firma de Achim Thorwald. La producción tiene ya una larga vida, ya que se pudo ver hace ya 6 años en Trieste. Se trata de un trabajo muy tradicional y de los que podríamos llamar low cost. La escenografía de Christian Floeren ofrece un Venusberg minimalista, con unos cojines y una tela con nubes al fondo, además de la coreografía (estamos en la versión de Paris). En el segundo acto estamos en la sala de Turingia, con unas paredes blancas a los lados, con el añadido de lo que quiere representar un arpa. Finalmente en el tercer acto, estamos en un espacio abierto con columnas aparentemente en ruinas y el escenario dominado por una estatua de la Virgen. El vestuario de Ute-Frühling- Stief responde a fines del siglo XIX y es siempre en negro, especialmente para el coro de invitados, seguramente para contrastar con el blanco de las paredes. La iluminación de Juan Manuel Guerra no tiene especial relieve.

Se trata de una producción muy tradicional, apta para nostálgicos, en la que la dirección de escena es bastante sumaria, con el coro muy estático y aprovechando que los solistas tienen una larga experiencia en sus personajes. No hay originalidades, limitándose Achim Thorwald a narrar la trama, lo que hace de manera eficaz. La única originalidad consiste en que la muerte de Elizabeth no consigue solamente la salvación de Tannhäuser, sino también la de Venus.

Escena

Uno del los aspectos más destacados de esta representación ha radicado en la interpretación musical de Pedro Halffter. Este maestro tiene una larga trayectoria en el repertorio alemán, cuyas óperas ha dirigido en numerosas ocasiones en su teatro. La verdad es que su dirección me ha resultado muy convincente, especialmente en los dos últimos actos, que han resultado brillantes y hasta emocionantes. No diré lo mismo del primer acto, donde las cosas no estuvieron al mismo nivel, pero en conjunto hemos asistido a una destacada versión de Tannhäuser. Hoy por hoy Pedro Halffter es seguramente el mejor director wagneriano de España y así se ha demostrado en esta ocasión. A sus órdenes tuvo una buena actuación la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Buena también la actuación del Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza.

Una vez más fue Peter Seiffert el intérprete de Tannhäuser y una vez más confirmó su calidad y dominio del rol. El timbre sigue siendo brillante, con anchura suficiente y es un destacado intérprete, que puede con todas las dificultades vocales del personaje. Y no son pocas. Hace ya tiempo que Peter Seiffert tiene una molesto vibrato, pero no va a más y uno se olvida de ello ante la entrega que muestra en escena. Sigue siendo un gran Tanhäuser. Para mí el mejor de hoy junto con Stephen Gould.

Ricarda Merbeth es una muy experimentada Elizabeth, rol que ha interpretado en muchas ocasiones y en los más importantes teatros. Es una cantante que nunca decepciona y que siempre resulta convincente. Su Elizabeth fue intachable, destacando su intervención en el segundo acto en defensa de Tannhäuser.

Si los dos principales protagonistas de la ópera lo hicieron magníficamente, no diré lo mismo del Wolfram de Martin Gantner. No es que lo hiciera mal, que no fue el caso, sino que la ocasión exigía completar el trío de protagonistas con un intérprete más brillante, que llegara a emocionar en la Canción de la Estrella del último acto. Martin Gantner es un sólido intérprete en todo lo que canta, pero Wolfram necesita algo más. Su actuación fue correcta, pero un tanto modesta. Mucho me acorde de Christian Gerhaher, el indiscutible Wolfram de los últimos años.

Ricarda Merbeth y Peter Seiffert

La mezzo soprano alemana Alexandra Petersamer lo hizo bien en la parte de Venus, con un centro amplio y adecuado, aunque sus notas altas son destempladas y le falta mayor consistencia en graves.

Attila Jun fue un sonoro y convincente Landgrave, con un centro amplio y bien proyectado. A su voz le falta algo más de nobleza y pierde un tanto de homogeneidad por arriba

En los personajes secundarios Damián del Castillo lo hizo francamente bien como Biterolf, aunque prefiero un bajo en el personaje mejor que un barítono. Bien también Vicente Ombuena como Walther. Completaban adecuadamente el cuarteto de cantores David Lagares /(Reinmar) y José Manuel Montero (Heinrich). Finalmente, Estefanía Perdomo dejó una buena impresión como Pastorcillo.

El Maestranza ofrecía una entrada que rondaría el 95 % de su aforo. El público mostró su satisfacción con el resultado de la representación, siendo las mayores ovaciones para Peter Seiffert y Pedro Halffter.

La representación comenzó con 6 minutos de retraso, mal endémico en este teatro, y tuvo una duración de 3 horas y 56 minutos, incluyendo dos intermedios. Duración musical de 3 horas y 10 minutos. Siete minutos de aplausos. La costumbre de Sevilla de empezar las óperas más tarde que en cualquier otro teatro hizo que saliéramos del teatro bien entrado el día siguiente.

Martin Gantner

El precio de la localidad más cara era de 108 euros, costando la más barata 45 euros. José M. Irurzun