Jonathan Nott en Ibermúsica: Sólidas construcciones
Jonathan Nott en Ibermúsica: Sólidas construcciones
Obras de Beethoven, Schubert y Mahler. Nelson Goerner, piano. Orquesta de la Suisse Romande. Director: Jonathan Nott. Auditorio Nacional, Madrid. 31 de enero y 1 de febrero de 2017. Ibermúsica.
El británico Jonathan Nott (1962), tantos años al frente de la Sinfónica de Bamberg, es ahora el responsable del conjunto suizo, que fundara Ansermet en 1918. Continúa mostrando las cualidades que siempre hemos reconocido en él y que parten de una rápida y competente asunción de cualquier pentagrama, una solvencia sensacional a la hora de traducirlo a sonidos gracias a un gesto fácil, de giros complejos, elegantes y armónicos, aunque no totalmente claros, brazos de compás muy abierto y batuta flamígera.
La orquesta de la que ahora es titular mantiene la conjunción, la seguridad de ataque, el equilibrio entre familias, aunque su espectro sonoro no sea exquisito y su estilo diste de ser afiligranado, pero funciona de forma vigorosa y constituye un bloque muy sólido con el que Nott ha sabido armar un par de buenos conciertos en los que hemos disfrutado de una compacta, firme, bien trabajada y contundente “Sinfonia nº 5” de Beethoven, en la que ha brillado más el sentido constructivo que el sentido poético. El buen pianista argentino que es Goerner posee un sonido atractivo y muelle, frasea con intención y sabe cantar en los momentos adecuados, cosa que le brinda de manera abundante el “Concierto nº 4” del músico de Bonn, en el que, quizá por un exagerado uso del pedal derecho, encontramos no pocas faltas de claridad en la dicción. Nos habría gustado mayor ensimismamiento en el Andante, también por parte de la batuta.
Pensamos que la “Quinta Sinfonía” de Schubert debe tocarse con un orgánico bastante más reducido que el empleado por Nott en la segunda sesión, que empleó hasta seis contrabajos. Es una composición casi camerística, transparente, heredera directa de Mozart o Haydn. Aquí sonó pesante con lirismo ocasional. Mucho mejor la Primera de Mahler, bien construida, con un largo comienzo estupendamente diseñado, un Scherzo bien acentuado, un Lento en el que no faltó la ironía y un Finale de magnífica robustez. Nott acertó a reproducir el canto algo sacarinoso de las partes más líricas. Todas las fuerzas se reunieron en el imponente y bombástico cierre. Arturo Reverter
Aquí una entrevista con Nott hablando de Mahler
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