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Por Publicado el: 06/02/2017Categorías: Discos, DVD's y libros

Reseña CD: 2017 Concierto Año Nuevo. Dudamel

2017 Concierto Año Nuevo. Dudamel, Filarmónica de Viena. Sony ***

Una encerrona

Si los conciertos de música clásica siempre han arrastrado un pedigrí de actos altamente elitistas, hay uno que, año tras año, se lleva la palma; es, además, uno de los de mayor relevancia y, desde luego, con diferencia, el más escuchado. Hablo del Concierto de Año Nuevo desde la capital austriaca, esa gran ciudad  que a punto ha estado de tener que abrir su ventana al mundo con un presidente de extrema derecha. Es, todo el mundo lo sabe, un evento de extraordinario lustre, al que la poderosa Filarmónica de Viena presta su cara más amable, coreografiado machaconamente sobre una escenografía de irreprochable belleza, pero tan exuberantemente áurea, que no sólo marea y cansa, sino que llega a aburrir con todas las de la ley. Hay convocatorias, sin embargo, en las que no pierde su potencial atracción, mientras que, por lo general, hace realidad ese aburrimiento sin dar margen a la duda. La de este año 2017 ha tenido unas características especiales. Merece la pena detenerse a analizarlas.

Hemos visto reiteradamente cómo directores invitados de fuste han logrado torcer la conservadora línea de programación establecida por las autoridades de la agrupación, introduciendo en el programa divertidas (y a veces sustanciales) piezas, aun sin haber salido de la pluma de ningún Strauss.

Este año, en el que el invitado ha sido el director joven de mayor potencial del circuito, el venezolano Gustavo Dudamel, no ha sido así. El programa no fue ni divertido ni sustancial. Las obras de autores ajenos a la familia Strauss fueron irrelevantes en casi todas las ocasiones, y las de los Strauss, de lo peorcito de sus respectivas cosechas. El grado de conservadurismo llegó a límites verdaderamente serios, y el gran damnificado a los oídos de los críticos fue el propio Dudamel, al que, así de golpe, se le culpó de inexperto, de no saber qué estaba haciendo con esta música, cuando la realidad es que no había nada que hacer porque la tal música no era, y con una música que no es, es decir que solo es un puñado de notas acumuladas aprisa y corriendo (a saber, una buena parte de las obras de los Strauss), no hay nada que hacer.

He escrito en más de una ocasión que Dudamel sigue siendo un talento en bruto; que es un autodidacta que nunca se tomó el mínimo tiempo para asimilar determinados repertorios (su primer disco fue, creo, la quinta de Beethoven); que no le dio tiempo a estudiar porque sus tiempos educacionales fueron otros, y muy apremiantes… Pero he escrito y mantengo que tiene un descomunal y algunas veces demostrado con creces talento, que evoluciona minuto a minuto. Era lógico que lo invitaran a dirigir este concierto, pero desde mi punto de vista sufrió una manifiesta encerrona al tener que aceptar un programa con tan poca chicha. Y se entiende mal, además, que en el mismo no se incluyera alguna propuesta latinoamericana, un repertorio para el que Dudamel acredita una especial magia y grandes dosis de electricidad. Una inclusión que, además, habría sido interesante desde el punto de vista político.

Momento en el que los expertos  “machacaron a Dudamel vilmente” (Minuto 4.13)

Resumiendo. En la primera parte del concierto todo fue bastante malo. En la segunda Dudamel tuvo algo más de margen. Pero todo el mundo esperaba ver qué pasaba con El bello Danubio azul. Y lo que pasó es que los expertos habían ya perdido la paciencia y no estaban en condiciones de fijarse demasiado: machacaron a Dudamel vilmente. No fue, desde luego, una versión maestra; ni siquiera canónica, pero estuvo plagada de detalles de músico intuitivo, quizá fuera de estilo (¿), pero extraordinariamente musical. Sin duda el mejor Dudamel se vio en la mejor y seguramente única gran música de la velada.

Hay que recordar a quienes quieran adquirir este producto que se sirve en cedé, en DVD y en blu ray. Lógicamente es preferible el blu ray  o el DVD, porque, como ya dije antes, el lustre es un valor añadido, números de ballet incluidos. Además, la toma videográfica se acompaña de un reportaje, no otro que la filmación que pasan las televisones que retransmiten el concierto entre la primera y la segunda parte. Suele ser un vídeo muy bien hecho, que canta las bondades turísticas del país; en este caso, las artesanales. Sin embargo, es muy interesante, porque músicos de la Filarmónica de Viena interpretan otras músicas, en un alarde interpretativo y técnico. Como siempre, es lo mejor del reportaje. Pedro González Mira

Esos otros momentos en los que el maestro se siente en su salsa

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