La gran fiesta de la música clásica
La gran fiesta de la música clásica
No son los Goya o los Feroz; aquí no hay premios, ni siquiera reconocimientos (estaría bueno), pero sí una clara intención de que la música clásica llegue de otra manera, aun sin dejar de ser lo que es (lo más importante). La música que se escuchará este sábado en el Auditorio Nacional es la de siempre (o casi), entendiendo esto en su justa medida, es decir, la música que suelen escuchar los aficionados que frecuentan la sala de conciertos a lo largo de año. Pero está vendida de manera muy diferente, y eso es quizá lo que hace que el evento sea especial y tenga otras aspiraciones. Como lo fue en su día las integrales de Beethoven o de Tchaikovsky; o como lo ha sido esa cosa llamada ´Bach Vermut´, que no solo ha servido para que el gran órgano de la sala grande del Auditorio Nacional de Madrid sonara con la frecuencia que (al menos) merece, sino para escuchar la mejor (sí, he dicho la mejor) música que saliera de la mente del primigenio maestro. ´Solo Música, IV´. Esa es la cosa. Música desde las 10.30 de la mañana hasta las 12 de la noche, ininterrumpidamente, que esta vez consistirá en la interpretación de nueve sinfonías de nueve autores distintos, a la par de las transcripciones para piano que hiciera Liszt para las nueve de Beethoven. En las nueve novenas escogidas hay seis (Beethoven, Schubert, Bruckner, Dvorak, Mahler y Shostakovich) que a todos nos pueden sonar no ya por en número de orden en sus series respectivas, sino por su significado mismo, y tres que se añaden al grupo (Haydn, Mozart y Garay) por razones de guion, o sea para hacer nueve de nueve. Discutible. O no. Las tres obras son buena música, y la de Garay, por ejemplo, bien merece el premio de participar de alguna manera en la fiesta.
La fiesta la protagoniza la música, pero hay una persona que se lo va a currar bien: la varita de Víctor Pablo Pérez va a hacer unas cuantas horas extras, que no precisamente horas de excursión sino de compleja incursión en mundos ajenos y a veces divergentes. A un servidor le parece que dirigirse todo esto de prácticamente un tirón (11.00: Haydn, Beethoven; 13.30: Garay, Schubert; 17.00: Mozart, Bruckner; 19.30: Shostakovich, Dvorak; y 22.30: Mahler) es una (maravillosa) locura, solo aceptable si la propuesta viene de otro (maravilloso) loco. Ya saben a quién me refiero (hace poco se habló de él desde las páginas de Beckmesser en términos tan laudatorios como justos), pero sigue siendo tremendo: un esfuerzo intelectual del que se puede salir con alguna lesión mental o física. Afortunadamente, a Víctor Pablo le sobran fuerzas para hacer una lidia y media (no seis sino nueve) y salir por la puerta grande para mirar hacia el cielo los fuegos de artificio con que acabará este festival, nuevamente un verdadero monumento a lo inédito.
Mi recomendación es total. Y otra cosa: lo que recomiendo es no perderse ninguna de las sesiones, porque hay otro valor añadido, y nada desdeñable, amén de muy pedagógico: se podrá escuchar, seguidas a las Orquesta Sinfónica de Madrid, Orquesta de la Comunidad de Madrid, Orquesta Sinfónica de RTVE, Orquesta Nacional de España y Joven Orquesta Nacional de España. Ahí queda eso. Pedro González Mira
´Solo Música, IV- Nueve Novenas. Obras de Haydn, Beethoven, Garay, Schubert, Mozart, Bruckner, Shostakovich, Dvorak y Mahler. Orquestas/Víctor Páblo Pérez. BEETHOVEN: las 9 Sinfonías (transcripciones al piano de Franz Liszt). Miguel Ituarte, Juan Carlos Garvayo, Eduardo Fernández, Miriam Gómez-Morán, José Menor, piano. Auditorio Nacional de Música, Salas sinfónica y de cámara. Sábado 24, entre las 10.30 y las 24.00. Entre 17.50 y 52.50 €. (nueve novenas); entre 5 y 10.50 €. (Beethoven/Liszt)
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