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Por Publicado el: 02/10/2017Categorías: En vivo

RTVE: Nuevos espacios, nuevos repertorios

Nuevos espacios, nuevos repertorios

Critica de clásica / Teatro-Auditorio de San Lorenzo de El Escorial

Obras de Brahms y Klami. Marjukka Tepponen y Juha Kotilainen. Coros de la RTVE y la ORCAM. Orquesta Sinfónica de la RTVE. Dirección: Miguel Ángel Gómez Martínez. Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. 29-IX-2017.

Tras toda la polvareda que se ha levantado con el traslado temporal de la ORTVE a los auditorios de San Lorenzo de El Escorial y Pozuelo, las primeras sensaciones han sido esperanzadoras: una sala prácticamente llena y una mezcla de públicos entre aquellos que han decidido seguir el periplo viajero de la orquesta este año y los que deseaban una programación asidua de calidad en El Escorial. Esperemos que la ilusión se mantenga mientras se disfruta de unas instalaciones mucho más adecuadas (distancia de la capital aparte).

El programa que iniciaba la temporada apuntaba hacia ese romanticismo tardío tan sugerente que tiene un pie delante y otro detrás del cambio de siglo. Las Variaciones sobre un tema de Haydn, Op. 56 de Johannes Brahms no son pentagramas fáciles de defender, amparados en continuos cambios de carácter de mucha sutileza tímbrica. La ORTVE se esmeró en ellos con alguna dificultad en las entradas pero encontrando el tono y el empaste precisos en el último tercio de la obra. A partir de la Variación nº 7 se pudo disfrutar del sentido evocador del Brahms sinfónico y su brindis hacia lo pasado con su bella passacaglia final.

Hay muy pocas oportunidades de escuchar el Salmo del finlandés Uuno Klami en una sala de conciertos en el sur de Europa. Y es una pena porque la obra y el autor merecen mejor suerte. A medio camino de muchas cosas, mezclando elementos tradicionales con otros más audaces, la composición es bastante ambiciosa en cuanto a su formato y a su lenguaje, que coquetea con el expresionismo más germinal. El papel de los cantantes es (y ahí radica su encanto) mucho más lírico, y se han buscado con acierto voces especializadas. El barítono Juha Kotilainen mantiene a sus años mucha potencia de emisión y sentido dramático, aunque haya perdido mucho lustre en el final de sus fraseos que se disuelven muy abruptamente. Con todo, es un conocedor de la obra y supo dónde apostar todo lo que le quedaba. Por su parte Marjukka Tepponen demostró buen gusto y un timbre muy cálido que ayudó a aportar un gramo de esperanza a unos versos extremadamente sombríos.

El coro, protagonista indiscutible de la obra, fue de menos a más a medida que aumentaban los recursos expresivos que se le requerían, hasta redondear una actuación notable. La batuta de Gómez Martínez cuadró a las mil maravillas con el perfil de la partitura, donde la intensidad, el volumen y los tutti orquestales abundan. Para finalizar, ovación y alegría generalizada. Ojalá no sea un espejismo.  Mario Muñoz Carrasco

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