Navidades acordadas
Navidades acordadas
La semana pasada ya expresé desde esta página la gran alegría de la navidad musical, clásica, madrileña. Conciertos y conciertos materializados en una oferta diseñada para clásicos ´light´, sin en el menor atisbo de música de verdad. Para la familia, rezan los programas, como si las familias fueran entes idiotas incapaces de distinguir entre música y comercio puro. Es lo que hubo la semana anterior. ¿Y ésta? Más de lo mismo, aunque tal inflación esté particularmente protagonizad por el vals. Es la semana previa al gran numerito vienés, que este año será para nosotros más triste que nunca: no escucharemos a través de la caja tonta la voz de nuestro querido José Luis, que ya se marchó y que suponemos estará todavía ocupado surcando su particular y último Viaje de invierno, riéndose de todos nosotros. Lo echaremos de menos, pero seguiremos buscando su luz.
Por todo ello, ¿qué quieren que les recomiende para la semana que empezará este 22, es decir, el día siguiente al 21, o sea la fecha en que estoy escribiendo esto, pero antes de las 20.00, hora fatídica en la que otro viaje de invierno habrá acabado para un trozo de nuestro país? Pues no se me ocurre nada, salvo que tiren de historia y recurran a cierta medicación, ésa que puede servirnos a todos parta salir de una cierta locura colectiva, a medida de la intolerancia y la absoluta falta de entendimiento entre las gentes. Tirar de historia sería para mí recurrir a la escucha de ciertas músicas, de cuyo efecto curativo al respecto no albergo la más mínima duda. Vayan a su discoteca y, por ejemplo, desempolven el primer movimiento del cuarteto op.76, núm.6 de Joseph Haydn. Ahí encontrarán un inagotable fondo de catálogo con todos los procedimientos habidos y por haber para plantear cualquier tipo de diálogo civilizado. Y poderosamente constructivo. Es lo que esta semana que nadie sabe cómo va a tener su fin se me ocurre recomendar: sencillamente, la música que un señor pensó para acordar de manera natural y lógica las peculiaridades personales de cuatro individuos, en principio cuatro fuertes personalidades frecuentemente enfrentadas en la elección y recorrido del camino correcto. Cosa que desde luego consiguió. Y ahí lo dejo. ¡Felices Navidades! Pedro González Mira
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