Crítica de Valery Gergiev en el Auditorio Baluarte
Una espectacular Quinta de Mahler
José M. Irurzun.
Auditorio El Baluarte de Pamplona. 12 Febrero 2018. Es bien conocido que Valery Gergiev y la Orquesta del Teatro Mariinsky de San Petersburgo hacen todos los años varias giras por Europa, que suelen contar con una agenda muy apretada. Lo cierto es que en estas gira llevan ya varios años incluyendo una visita a Pamplona, en lo que parece tener influencia la positiva impresión que Valery Gergiev tiene del Orfeón Pamplonés, no en balde este año la formación coral pamplonesa estará presente en San Petersburgo en el Festival de las Noches Blancas, haciendo frente a obras tan exigentes como La Vida Breve y La Condenación de Fausto.
Nada tiene, por tanto, de extraño que Gergiev haya querido contar para este concierto con el Orfeón Pamplonés. Y efectivamente, la primera parte del concierto ha estado dedicada a la Cantata Alexander Nevsky, de Sergei Prokofiev. Se trata de una cantata para mezzo-soprano (interviene únicamente en uno de los últimos números), coro y orquesta. La interpretación de Valery Gergiev ha sido brillante, como siempre se puede esperar de él, habiendo destacado a sus órdenes la Orquesta del Teatro Mariinsky. Buena ha sido también la actuación del Orfeón Pamplonés, aunque yo eché en falta algo más de fuerza en las mujeres en algunas ocasiones. Impecable la actuación de la muy embarazada mezzo-soprano rusa Yulia Matochkina, de voz atractiva y buena cantante. La segunda parte del concierto estaba dedicada a Gustav Mahler, ofreciendo nada menos que su 5ª Sinfonía, que ha sido sin duda el punto álgido del concierto y podría decir de muchos conciertos. Creo que los espectadores han podido disfrutar de la interpretación de Valery Gergiev como pocas veces. Toda su lectura fue brillante, de principio a fin, pero el Scherzo y el Adagietto fueron de cortar la respiración. Una de esas ocasiones en la que uno se da cuenta de que asiste a algo excepcional. Huelga decir que bajo la batuta de Gergiev la Orquesta del Mariinsky fue una formación intachable y brillante, como siempre se puede esperar de ellos. En suma, un gran concierto.
El Baluarte ofrecía una ocupación próxima al 95 % de su aforo. El público mostró su entusiasmo con el resultado ofrecido, lo que obligó a Valery Gergiev a ofrecer como propina el Preludio al acto III de Lohengrin, un precioso regalo. El concierto comenzó con nada menos que 9 minutos de retraso, lo que suele ser habitual, cuando se trata de Gergiev. La duración total fue de 2 horas y 18 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 1 hora y 50 minutos. El precio de la localidad más cara era de 50 euros, costando la más barata 23 euros.
José M. Irurzun
Fotos: I. Zaldúa
Últimos comentarios