OPA ¿hostil? Del Teatro Real sobre la Zarzuela
OPA ¿hostil? Del Teatro Real sobre la Zarzuela
El Ministerio de Cultura a punto de estallar: el disparate nacional
Mi artículo de esta semana en La Razón y esta web se llamaba “Estupidez humana” y en él se ponían algunos ejemplos de lo que así podía considerarse. Apenas publicada sale otro ejemplo: la supuesta absorción del Teatro de la Zarzuela por el Teatro Real a través de una OPA hostil. Dice un amigo mío en un importante cargo del INAEM, absolutamente en contra de la operación, que la historia no sirve para nada, que sólo sirve el presente. Yo no lo veo así: si no se conoce la historia se tropieza dos veces o más en la misma piedra. Por eso, conociendo la historia, creo que podrá naufragar la operación en cuestión y que incluso le puede costar muy caro a alguien si no se tiene en cuenta la historia. Por eso les voy a poner en antecedentes de todo este posible disparate.
ANTECEDENTES: LA IDEA INICIAL
Eduardo Casanueva y yo redactamos los estatutos de la fundación que rige el Teatro Real, aquellos que los abogados de Ministerio de Cultura y Comunidad de Madrid pusieron luego en solfa legal. La Fundación no se denomina “Fundación del Teatro Real” sino “Fundación Teatro Lírico”, porque la idea inicial de Ministerio y Comunidad era que agrupase ambos teatros. Sin embargo pronto vimos que la unificación era inviable debido a la peculiaridad de los contratos y compromisos del teatro de la calle Jovellanos., que iban a chocar con los completamente nuevos y sin cortapisas del Real.
Sin embargo, un buen día, a Carmen Alborch, entonces ministra de cultura, se le ocurrió publicar en el BOE (27 de marzo de 1996) la cesión de la Zarzuela al Real sin contar con la opinión de la Comisión Ejecutiva de este último. A tal medida nos opusimos los dos representantes de la Comunidad de Madrid en la Comisión Ejecutiva del Real: Eduardo Casanueva y yo mismo. Había una razón fundamental: defender a la institución frente a un traspaso en el que todo era oscurantismo. No se sabía cual era el presupuesto que se aportaba, ni sus empleados y salarios, ni los compromisos contractuales… Era un completo disparate, como traspasar la sanidad del Estado a una Comunidad sin un contenido claro de presupuesto y obligaciones. Total, al no ser recepcionada la Zarzuela por la Fundación todo quedó en agua de borrajas y no se volvió a hablar del asunto.
LOS PROBLEMAS DEL TEATRO DE LA ZARZUELA
Todas las unidades de producción del INAEM tienen serios problemas y limitaciones en su funcionamiento desde su creación porque nadie se ha atrevido a independizarlas mediante personalidades jurídicas propias. Les pondré ejemplos que les sorprenderán. Si en la Zarzuela se quiere realizar una retransmisión o grabación de un espectáculo para DVD hay que pagar un extra a todo su personal, hasta las taquilleras, con lo que se hace imposible. Si el director del teatro ha de desplazarse a otra ciudad, ha de solicitarlo al INAEM y reservar el hotel a través de la empresa que haya ganado en el correspondiente concurso del INAEM. Resultado: las habitaciones salen a veces el doble de caras que a través de booking. Otro tanto sucede con los desplazamientos en avión. No hay quien tenga interés en la Zarzuela, el CNDM o el CDN en obtener patrocinios porque estos no ingresarían en la propia institución, sino que irían a la caja general de Hacienda. Todo es un dislate, que sería fácilmente solucionable si la Zarzuela y los demás centros del INAEM pasasen a ser estructuras jurídicas independientes. Hace años, Jose Antonio Campos quiso convertir el INAEM en agencia estatal, pero chocó con Hacienda. El Ministerio de Cultura debería tener valor para negociarlo definitivamente con Hacienda en vez de desembarazarse del problema, porque no se trata de traspasar un teatro sino de dejar de defender un proyecto cultural propio como es el género de la zarzuela. Por las mismas podría ceder la Biblioteca Nacional a Planeta o el Centro Dramático Nacional a Jesús Cimarro.
LOS PROBLEMAS DEL TEATRO REAL
El aforo. Supongo que las recientes declaraciones de Jonas Kaufmann en Barcelona no habrán sentado nada bien. Afirmó que ni el Liceo ni el Real jugaban en primera división, en la división de la Milan, Londres, París, Viena, Munich o Nueva York, lo que es totalmente cierto. El presupuesto del Teatro Real, de unos 55 millones de euros, viene a ser el equivalente de un teatro como Lyon y así no se está en la primera línea. Pero no se trata sólo de un problema de presupuesto. Más grave es tener un aforo de menos de 1800 butacas. Así, si se quiere ofertar espectáculos de primera división, o hay que tener un presupuesto con mayores aportaciones públicas o privadas –y el Real bate el record en éstas, siendo de los teatros con mayor financiación privada en Europa- o hay que poner precios prohibitivos para las entradas. Los 390€ para la primera función de “Aida” son un disparate. Ni siquiera el Festival de Salzburgo es tan caro. Nunca debió de transformarse para la ópera, sino debió construirse un nuevo teatro con mucho mayor aforo.
La segunda sala. El Real necesita una segunda sala con menor capacidad de escenario y aforo para algunos espectáculos como óperas de cámara, estrenos de obras contemporáneas con poco aparato, etc. Esto se soluciona
Actualmente mediante acuerdos con los Teatros del Canal. Años atrás se llegó a estudiar en patronato la conveniencia de arrendar o comprar el vecino Real Cinema sin llegarse a una decisión debido a los frecuentes cambios políticos que afectaban a su patronato. La crisis tampoco ayudó a que esta solución avanzase. Entretanto se reformaba el Palacio de la Música, lo que podía haber sido una alternativa, pero CajaMadrid se retiró y ahí está el local, con parte de la transformación efectuada pero a falta de otra de unos veinte millones de coste. Tanto Cultura como la Comunidad, el Ayuntamiento y el patronato del Real deberían impulsar esta vía, ya que no sólo el Real requiere una segunda sala, sino la capital Madrid. El Auditorio Nacional está colapsado de conciertos y las orquestas invitadas no disponen de sala donde ensayar entre los espectáculos con público y el uso que la Orquesta Nacional hace de él. Debió de edificarse con una sala de ensayos, pero no se hizo.
POR EL MUNDO
Algunos países cuentan con géneros equivalentes a la zarzuela. Es el caso de las operetas en Francia, Austria o Alemania. París tenía el Palacio Garne para las óperas pero, al tener un aforo y un escenario ridículos para una ciudad como París en los tiempos actuales, se decidió acertadamente construir la Ópera de La Bastilla. Ambos teatros comparten gestión. Sin embargo París cuenta con la Ópera Cómica y el Chatelet –parecido a la Zarzuela- que funcionan independientemente. Y aún hay más teatros, como el de los Champs Elysées, donde el día 20 habrá una Alcina con Bartoli y Jerousski. Eso es primera división sin ser La Bastilla.
En Viena están la Ópera y la Volksoper que compartieron gestión durante un breve periodo y ahora ya no.
En Munich funcionan independientemente la Staatsoper y el teatro de Gärtnerpltaz.
En Londres funcionan independientemente el Covent Garden y la English National Opera y el Sadler’s Wells.
En fin, que los ejemplos de gestión separada son numerosos.
LOS OBJETIVOS DEL TEATRO REAL
Hace como mes y medio Gregorio Marañón se intereso por el motivo del nombre de la fundación y se lo expliqué. Cuando conviene, Gonzalo Alonso es la memoria viva del Real. Pocos días después Ignacio García Belenguer, director general del Real, me sondeó sobre una supuesta absorción. El pasado jueves, temiendo que algún redactor conociese los movimientos y se fuese de la lengua, Marañón telefoneó a los directores de varios diarios nacionales para anunciarles que, aunque aún no había nada firmado, su intención era lanzar una Opa sobre la Zarzuela, pero que por favor no se publicase nada todavía. Era una negociación entre la secretaría de Estado de cultura y la presidencia del patronato del Real sin contar con la Zarzuela y casi ni siquiera el INAEM. El sábado, uno de estos diarios avanzó la noticia y a continuación los demás. Antes que Daniel Bianco, director de la Zarzuela, tuviese conocimiento de todo, ya que el secretario de Estado le tiene citado para mañana lunes a fin de explicárselo.
¿Qué hay detrás de esta maniobra? Si leen El País, ABC y La Razón podrán sacar algunas conclusiones. Las siguientes líneas son fruto de un trabajo de investigación a través de documentación y entrevistas con la gran mayoría de las partes implicadas: el propio Marañón, el INAEM, la Zarzuela, la Ópera de París, trabajadores de ambos teatros, sindicatos, coros, orquestas, etc.
Se argumentan dos motivos principales para esta OPA que ha sido gestionada exclusivamente entre la secretaría de Estado de Cultura y la presidencia del Real. Primero: se trata de gestionar mejor la difusión internacional de la zarzuela. Segundo: el Teatro Real precisa de un escenario alternativo.
Si lo primero fuese cierto, ¿por qué no haber lanzado la OPA al irse Pinamonti en vez de ahora que Daniel Bianco está realizando una labor magnífica y ampliamente reconocida? Se añade que se trataría de relanzar el género por Latinoamérica… Las generalidades habituales si concreción alguna. Cierto es que los medios con los que cuenta el Real permitirían una mayor difusión internacional del género, pero no deja de ser llamativo que el Real no haya programado ni una zarzuela desde los tiempos de Emilio Sagi y tampoco recuperado una sola partitura de nuestro patrimonio musical operístico.
Lo segundo ya ha quedado tratado.
Pero hay dos motivos más ocultos. El presupuestario. De un lado la terminación de las ventajas fiscales a las subvenciones en patrocinios del Real a finales de 2019, una vez que prescriban los supuestos doscientos años de su vida, tema manejado por el teatro con suprema habilidad. Los números económicos no cuadrarán una vez que las aportaciones de los patrocinadores se reduzcan al no existir la actual ventaja fiscal. El Real ve una solución en los alrededor de 35 millones de presupuesto de la Zarzuela, que se añadirían a los 55 del teatro, para alcanzar casi 100 millones, una cifra ya próxima a ese teatro capaz de jugar en primera división internacional. Pero se engañan en parte, ya que la mayor parte de ese presupuesto son partidas fijas casi imposibles de retocar salvo montañas de negociaciones con el personal y sindicatos. De hecho sólo le quedan unos 10 millones a la Zarzuela para el apartado artístico.Por otro lado, estas cifras apuntadas en las declaraciones de responsables del Real podrían ser inexactas, ya que otras fuentes solventes citan el presupuesto de la Zarzuela en 20 millones, de los que 2,3 son para la ORCAM y 7,3 para programar zarzuela. El peligro es obvio: traer fondos al Real a costa de reducir en cantidad o calidad el funcionamiento de la Zarzuela. Puede no ser esa la intención de los actuales responsables del Real y personalmente no creo que lo sea, pero la inquietud y desconfianza en el ambiente es bien palpable.
Algunas preguntas como ejemplo. La mayor parte del presupuesto de la Zarzuela obedece a contratos laborales de muy difícil cambio.Los contratos. ¿Qué se va a hacer con ellos? ¿Jubilar, expedientes de crisis…? ¿Qué va a pasar con la ORCAM, la orquesta de la Comunidad de Madrid contratada para el foso? Si hay que incorporar al coro de la Zarzuela, ¿qué se va a hacer con el Intermezzo en el Real? ¿Hasta cuando se van a mantener ambas estructuras casi paralelas? ¿Qué medidas se tomarán a medio plazo o cuando los contratos de la ORCAM, la Sinfónica de Madrid, Intermezzo, etc. concluyan? Las giras. El Teatro de la Zarzuela gira y presta sus producciones a otras ciudades españolas, como Oviedo, ¿Qué va a pasar con ella? Los precios. Una entrada para el concierto de Elina Garanca este domingo en la Zarzuela cuesta 30€, uno similar en el Real 200€. La entrada más cara para una zarzuela son 44€, mientras que en el Real son 390€. El público habitual de la Zarzuela no puede pasar a pagar diez veces más y no asistirá si se cambian precios. ¿Y las ventajas para jubilados y menores de 35 años? ¿Qué va a pasar con los precios de las localidades en el Teatro de la Zarzuela?
Podría haber una segunda razón oculta. A Stéphane Lissner, que fue brevemente director artístico del Real en sus inicios, no le han renovado el contrato en París al no tener la ocupación esperada. Allí la institución engloba dos teatros: Bastilla y Garnier y los responsables del Real bien se han encargado de resaltarlo, olvidando el Chatelet o lo que sucede en otras ciudades europeas. Gregorio Marañón, que en su día trajo a Lissner a Madrid, tendría según medias palabras de algún diario nacional el deseo de su vuelta a Madrid para regir ambos teatros. Pero Lissner no volvería a un teatro como Lyon, sino con más presupuesto. Y, no olvidemos, que fracasó en su intento en el Real, fracasó en la Scala y fracasa en París. ¿Una especulación?
SITUACIÓN ACTUAL
El director general del Real habla de modificar el nombre de la fundación y sus estatutos sin precisar en qué consistiría la obligación de proteger la zarzuela. No se trata de vestir a un santo desvistiendo otro.
El Real ha demostrado en estos años de crisis tener capacidad de imaginación, ahora ha de seguir demostrándolo, pero no a costa de otros. El Ministerio de Cultura y el propio Teatro Real no saben el lío en el que se están metiendo. De todos lados me llegan llamadas, sms, whatsapp, emails, etc. mostrando una enorme inquietud. No se han hecho bien las cosas. El Ministerio de Cultura tendría que haber convocado una conferencia de prensa para presentar el proyecto con todas sus ramificaciones analizadas y resueltas. El señor Méndez Vigo aún está a tiempo de parar este disparate nacional y sacarlo de la agenda del Consejo de Ministros del 6 o el 13 de abril. Ya sabemos que el Real quedaría muy bien en el World Opera Forum a celebrar eso mismos días en el propio teatro pero….
MI OPINIÓN PERSONAL
La idea de unir Real y Zarzuela no es mala en sí. ¿Cómo voy a atacarla si fue una propuesta mía a primeros de los noventa, cuando participé en la redacción de los estatutos de la Fundación Teatro Lírico? El problema es que, ahora, con dos instituciones de funcionamiento muy diferente, resulta muy complicado llevarlo a cabo sin un análisis exhaustivo de problemas, consecuencias, etc. y sin negociarlo y exponerlo con claridad.
En cualquier caso la Zarzuela debería convertirse en un organismo con entidad jurídica propia –Pinamonti se fue porque se le hizo imposible dirigir una entidad tan burocráticamente colapsada- y esto podría resolverse con o sin absorción. Posiblemente sería más aceptable para todos los afectados un primer paso de independencia propia y más tarde, en su caso, la fusión con el Real.
Ahora bien, de procederse a ésta por decreto, no puede realizarse con nocturnidad y alevosía. Lo inevitable y exigible es la claridad y transparencia en todo el proceso y no sólo a corto plazo –“se van a mantener los contratos actuales”- sino también a largo cuando estos venzan. Ha de hacerse público, antes del decreto en cuestión y su aprobación en Consejo de Ministros, el borrador de unos nuevos estatutos en los que figuren, y así se comprometan las partes, el número de zarzuelas que se programaran anualmente en cada sede; el presupuesto que quedará dedicado exclusivamente al género de zarzuela; el tope de precios para las localidades que existirá en la Zarzuela….
Sería deseable para esta próxima semana una conferencia de prensa del Ministerio de Cultura, el Real y la Zarzuela en la que, o bien se diga que estamos en un proyecto en fase de estudio, o que se expongan con toda claridad y detalle los puntos aquí tratados con sus soluciones, si es que realmente están ya analizados y resueltos. Gonzalo Alonso
Más información:
http://www.elmundo.es/cultura/musica/2018/03/10/5aa40d55e2704e70488b4611.html
https://www.larazon.es/cultura/el-teatro-real-y-el-teatro-de-la-zarzuela-se-unen-CI17867656
https://elpais.com/cultura/2018/03/10/actualidad/1520693479_315724.html
Análisis excelente de la situación, exponiendo alguno de los peligros que podría sufrir la zarzuela, como género, de producirse la fusión.
Gracias al Teatro de la Zarzuela hemos podido ver obras que, por su calidad incuestionable, debería programar el Real: La bruja, El gato montés, La villana, Las golondrinas, Maruxa…
También hemos podido disfrutar cantando zarzuela de voces tan importantes como las de Carlos Alvarez, José Bros, Mariola Cantarero, aunque haya sido en versiones concertantes.
Personalmente agradezco que haya sido así, pues de programarse en el Real, como bien dice Gonzalo Alonso, los precios serían prohibitivos.
Incido en algo comentado por el crítico. ¿Cómo es posible que el Teatro Real no haya repuesto La Dolores, Margarita la tornera, Divinas palabras, o su propia producción de Las golondrinas o La vida breve? Como en las primeras décadas de su existencia perece ser que les da repelús que se allí se cante en español.
Soy asiduo del Teatro de la Zarzuela. Me desplazo desde Alicante, y tiemblo solo de pensar que se llegue a consumar lo que, de momento, es solo un proyecto.
Soy asiduo al Teatro de la Zarzuela mi esposa y yo nos desplazamos tres veces al año exclusivamente para asistir a producciones de Zarzuela en dicho teatro.
Lamentable sería dicha absorción sin tener muy claro las representaciones a realizar y los precios.
La Zarzuela hay que promocionarla si, pero SIN MENTIRAS.
España es un puro disparate. ¿Qué quiere decir ser de la primera división de la ópera?¿Es eso más importante para España que los alumnos no reciban clase de música en Primaria ni en Secundaria? No somos Londres ni París, ni falta que hace. El Teatro Real necesita estabilidad, satisfacer en mayor medida a su público sin preocuparse por formar parte de ningua categoría especial. La Zarzuela es un recinto muy dignamente dirigido que oferta espectáculos interesantes (a pesar de la última Maruxa).
Estamos en manos de la megalomanía de Gregorio Marañón que hace con dinero público lo que le viene en gana.
Por último, alguien debería establecer criterios claros para la contratación en este mundo. No puede ser que cualquier dependencia administrativa necesite armar un concurso para gastar 3000 € y los contratos artísticos millonarios se decidan por el criterio particular de ningún director artístico.
Muy acertada la comparación de Desprez sobre la carencia de enseñanzas musicales en los centros escolares.
Tampoco se puede jugar en la primera división de la ópera, retransmitiendo en diferido producciones del propio Teatro Real a la 1 de la madrugada, y por una televisión pública. Lanzan las campanas al vuelo, con alguna producción enmarcada en el fantasmagórico segundo centenario, llevando ópera a teatros y casas de cultura de muchos municipios en un horario razonable, para después volver a las andadas, como hace dos domingos con Cossi fan tutte.