¿A qué juegan algunos?

Esta semana salta como noticia escándalo que Helga Schmidt cobra 23.500€ al año para gastos de alojamiento. ¿Quién hay detrás de esta injusta campaña? ¿Acaso alguien de dentro que conoce los contratos? ¿Si lo es, por qué no se cesa a esa persona por manifiesta deslealtad? Porque la información es real, pero tan tendenciosa como injusta. Vamos a los hechos, que dejan clara la situación.

Helga Schmidt tenía un contrato por el que sus emolumentos eran de 160.000€/año más 23.500€/año para alojamiento. Hace medio año que la presidencia del Gobierno de la Generalitat Valenciana estableció que ningún cargo con nómina pública pudiese cobrar más que el propio presidente. La norma no se cumple en varios casos, dicho sea de paso, pero Schnidt aceptó rebajarse el sueldo a menos de la mitad, hasta los 65.ooo€/año, manteniendo el complemento de alojamiento. Schmidt ocupa dos cargos a la vez que en la mayoría de los teatros están separados: intendencia o dirección general y dirección artística. No hay responsable en ningún teatro más o menos importante en que el responsable de la dirección general gane lo que gana la señora Schmidt quien, además, es directora artística. Veamos qué sucede en teatros de relieve.

Teatro Real: el director general gana 120.000€/año y el director artístico 260.000€/año. La suma de ambas responsabilidades da 380.000€.

Teatro del Liceo: el director general gana 115.000€ y el director artístico 65.000€.

Covent Garden: el director general gana 630.000 libras.

English National Opera: el director general gana 140.000€.

Teatro alla Scala: el intendente Lissner gana 449.000€, más un incentivo de 150.000€ y un complemento de 85.000€ para alojamiento. Su       sucesor, Pereira, ganará menos, concretamente 350.000€ sin complemento para alojamiento ya que tiene casa propia en Milán.

Metropolitan Opera: el director general gana 1.200.000$/año.

¿Habría alguien de valía que acptase dirigir el Palau de les Arts por 65.000€ y tuviese que pagarse el alojamiento? No seamos ridículs ni queramos pedir peras al olmo.