Amigos de la Ópera II
Amigos de la Ópera II
Las Asociaciones de Amigos de la Ópera de Oviedo y Bilbao merecen un capítulo aparte por el gran número de socios que las integran, por su peso en las respectivas sociedades civiles y por la cuantía de los fondos públicos que reciben.
En Oviedo se ha afrontado una cuarta función para tres de los títulos programados en el ciclo recién terminado. Casi cinco mil espectadores nuevos. El Campoamor, con sus cerca de doscientos empleados en temporada, es una de las primeras empresas del Principado. Sin embargo cada año se torna más fuerte la polémica política en torno a las subvenciones oficiales y hasta en el pasado reciente llegó a los juzgados el nombramiento de un presidente de la Asociación.
En Bilbao se viven tiempos más que complicados. El nombramiento de la Junta Directiva actual llevó consigo una revolución que aún continúa. Se prescindió de director técnico, de gerente y de algunos de los otros pocos cargos remunerados que existían. Se han creado más empleos remunerados, contratado a empresas de servicios y nombrado recientemente un cargo de director artístico, cuyas funciones eran desempeñadas hasta la fecha por la propia Junta por amor al arte. Su veterano vicepresidente artístico, José María Irurzun, acaba de dimitir. Estas líneas no son una crítica, sino la constatación de unos hechos que reflejan un cambio profundo. Cierto es que se precisa una profesionalización en la gestión, pero también que ha de mantenerse el espíritu de asociación a través de comisiones y otras iniciativas. Otra cosa sería tener un grupo de abonados y no una asociación con vida, con lo que su fagocitación política estaría garantizada.
Y es que, como escribía días atrás, las asociaciones de amigos de la ópera han de renovarse o morir. Las administraciones públicas no pueden entregar cientos de miles de euros sin exigir una gestión profesional, sin unas cuentas claras del empleo de esos fondos. Y esto no debe confundirse con interferir en la gestión. Sólo las que sepan dar respuesta a los nuevos retos, con profesionalidad pero también con sentido de asociación, seguirán en activo dentro de unos años.
Gonzalo ALONSO
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