El maestro italiano es responsable artístico del proyecto de reconstrucción del Teatro San Cassiano, que se erigiría como el primer coliseo de Italia dedicado a este periodo

Andrea Marcon

A pesar de la relevancia histórica del Teatro San Cassiano, primer teatro de ópera público de la historia y centro clave en el devenir comercial del género, no queda rastro del edificio desde su demolición en 1812 por orden de Napoleón.

Paul Atkin, maqueta Teatro San Cassiano

Andrea Marcon, uno de los máximos conocedores del repertorio barroco, y el musicólogo Paul Atkin han unido esfuerzos en un proyecto que devolverá la vida al teatro veneciano y generará un espacio único para la puesta en escena de “esa parte del repertorio barroco pre-Mozart, 200 años de historia de la música que han sido desatendidos”.

Volver a levantar el edificio no recuperaría solo la intimidad del espacio arquitectónico que albergó originalmente estas obras sino que permitiría experimentar con “la manera en la que se hacía música entonces”, apunta Marcon, “Actualmente, los teatros lo tienen muy difícil para escenificar óperas de este periodo. Supone un problema real no poder recrear la cercanía necesaria por las enormes dimensiones de los teatros de hoy. Esto afecta a la manera de cantar, por supuesto, los cantantes no tenían que gritar. Tener un teatro dedicado al siglo XVII y algunas incursiones en el XVIII, interpretar óperas que no son apenas conocidas o representadas en el tipo de teatro para el que fueron escritas sería algo mágico, extraordinario”.

El abundante repertorio aún por conocer confluye con el deseo de los directores por insuflar vida también a los “miles de libretti que se conservan en bibliotecas de toda Italia, especialmente en Venecia”, comenta Marcon. Para Atkin, este es uno de los casos que hacen de este proyecto algo extraordinario: “No hay razón por la que no podamos explorar nuevas formas de retomar estos textos, incluso podrían encargarse nuevas partituras”.

Las posibilidades artísticas se multiplican en la mente del director italiano, que confiesa “solo ver oportunidades, y son todas increíbles. Ahora mismo hay muchos cantantes e intérpretes jóvenes especializados en música barroca. Que hubiese un teatro para ellos será excepcional. No existe en ningún sitio. El Teatro San Cassiano sería ‘el’ teatro de ópera para estos músicos”.

“Lo excitante de este proyecto es que aún ni sabemos las preguntas que nos surgirán, qué decir de las respuestas. No podemos imaginar cómo afectará a la interpretación hasta que no empiecen las actuaciones, y cuando esto suceda, nos platearemos más cuestiones”, concluye Atkin.

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