La canciller alemana Angela Merkel habría conminado al Presidente del Banco Central Europeo a comprar toda la deuda que emita España en agradecimiento a nuestro país por la difusión de la cultura alemana que va a realizar en Moscú el Teatro Real. Éste viaja con todas sus huestes -192 empleados más equipos artísticos- a la capital rusa en correspondencia a la visita que efectuó el Bolshoi para ofrecer en Madrid su nacional “Eugenio Oneguin” de Tschaikovsky. Merkel estaría muy contenta de que los españoles hayamos elegido una ópera tan alejada de nuestra cultura y tan identificativa de la alemana como es “Mahagonny” para corresponder a la coherencia rusa, sacrificando “Doña Francisquita” o “Curro Vargas” en bien de la globalización cultural. Sin embargo Jean-Claude Trichet habría enviado un correctivo al Presidente Zapatero, que ha amargado la fiesta a la dirección del Real, exigiendo que en la próxima ocasión procuren ajustar los costes de sus giras a los mismos conceptos de las compañías extranjeras que visitan el Real, ya que este teatro tendrá que pagar de su bolsillo a los solistas de la obra de Weill y Brecht y también sus viajes, lo que no sucedió con los principales intérpretes de “Oneguin”, que pertenecían a la propia compañía rusa. El acuerdo entre teatros contempla que cada cual corra con los gastos de su compañía, pero los solistas de la obra alemana no pertenecen a la del teatro español. En consecuencia habría solicitado de urgencia a la Vicepresidente del Gobierno, Elena Salgado, exdirectora del teatro en cuestión, que justifique partida por partida el balance económico de la minigira.
Joglars cuenta en su obra teatral “El Nacional”, a través de los recuerdos del acomodador Ramon Fontserè, la crisis económica que hizo cerrar el Teatro Real en la época en la que trabajaban en él “seiscientos empleados y Mortier”. Sin embargo no será el periodista de El País al que parodia Boadella, a través de sus agudas preguntas y observaciones, quien nos cuente el “ascenso y caída” ya que la invitación del Real al viaje recaerá sobre otro periodista. Tampoco, por razones personales, lo hará para El Mundo, el otro diario nacional invitado, el aguerrido periodista en temas musicales –y ahora también políticos- que introducía Pilar Jurado en su “Página en blanco”. Sin duda echaremos de menos las crónicas de ambos.

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