Barenboim dirigió infiltrado el concierto de Año Nuevo
Barenboim dirigió infiltrado el concierto de Año Nuevo
Fue muy patente que a Barenboim le sucedía algo en el Concierto de Año Nuevo vienés. Se le notaba cansancio en el rostro, dirigió con desgana, muy pendiente de las partituras e incluso le costó pronunciar en inglés las palabras con las que colocar su mensaje sanitario-cultural al mundo. En una palabra, nada que ver con el concierto que brindó hace ocho años. Hemos podido saber que se vio muy afectado por dolores en la espalda que, de hecho ha venido padeciendo en sus últimos conciertos y, al parecer, obligaron a que fuese infiltrado. Algo parecido a lo que le ha sucedido a Kirill Petrenko en el Concierto de San Silvestre de la Filarmónica de Berlín, quien hubo de cancelar y ser sustituido por Lahav Shani.
Habría que ver en qué estado de sobriedad (libre de alochol y otras sustancias, también medicamentosas) escriben sus reseñas algunos críticos despiadados y carroñeros.
Feliz año
En mi opinión, se debe añadir un porcentaje muy alto de ignorancia. Altísimo.
No sé a qué vienen los comentarios tan críticos con el artículo publicado, cuando fue obvio que el gran maestro no estuvo a la altura de otros conciertos. Son de sobra conocidos sus problemas de salud, y la crítica, a nivel mundial, ha reconocido lo que fue evidente para los que vimos el concierto, que no estuvo afortunado