Ring en Bayreuth o la “consagración” wagneriana de Heras-Casado
Ring en Bayreuth o la “consagración” wagneriana de Heras-Casado
Pablo Heras-Casado dirigirá la nueva producción de El anillo del Nibelungo que el santuario wagneriano de Bayreuth estrenará en 2028. Así lo ha anunciado Katharina Wagner, directora del centenario festival desde 2008, en una entrevista publicada la semana pasada en el semanario Der Spiegel. En ella, la bisnieta del compositor asegura, además, que el director granadino “mantendrá una presencia constante en las próximas ediciones”. Con este acontecimiento, Heras Casado inscribe su nombre entre los grandes directores vinculados al Festival wagneriano más allá de cualquier colaboración puntual, y se consolida entre los consagrados directores wagnerianos de las últimas décadas, sumando su nombre al de otros “apóstoles” de las óperas del creador del Ring, como Levine, Barenboim o Thielemann.
El vínculo de Heras Casado con la música de Wagner ha sido largo y bien sopesado. Desde que en 2016 dirigiera unas “románticas” versiones de El holandés errante en el Teatro Real con escena de Àlex Ollé, de La Fura dels Baus, su pasión wagneriana no ha dejado de crecer.
Tras un accidentado Ring en cuatro años en el propio Teatro Real, iniciado en 2019 con dirección de escena de Robert Carsen, la atrevida Katharina Wagner se lanzó a ofrecerle la inauguración del Festival de Bayreuth en 2023, nada menos que con Parsifal, la última y más mística creación wagneriana. El éxito fue unánime. Inapelable. Crítica y público coincidieron en alabar la visión novedosa y al mismo tiempo fuertemente arraigada en al tradición bayreuthiana y su foso “místico”.
Este triunfo en absoluto fue casual o caprichoso. Heras Casado se preparó a conciencia, hasta el punto de programar versiones parciales de Parsifal en concierto de los actos segundo y tercero en Alemania e Italia (Milán), y hasta de programar un Parsifal completo -también en concierto-, nada menos que en Badajoz, con la Orquesta de Extremadura y coro local, con un elenco vocal de campanillas y raigambre bayreuthiana.
De ahí, que cuando en 2023 recaló en Bayreuth, tenía bien digerida la obra maestra. Musical y dramáticamente. Algunos pensaron que pincharía en el espacio particularísimo y siempre arriesgado del Festspielhaus, pero la realidad, tozuda, se impuso, y sus parsifales de 2023 supusieron su consolidación no solo wagneriana, sino también como uno de los maestros más codiciados de la agenda internacional.
Tras su largo Anillo por entregas en el Teatro Real (que se expandió desde 2019 a 2022), Heras-Casado tiene ya programada el estreno de una nueva producción en la Ópera de París, teatro del que voces bien informadas aseguran que será su próximo titular -tras la salida precipitada de Dudamel-. Este nuevo Anillo parisiense se iniciará el próximo 29 de enero, con ocho funciones de El oro del Rin que se prolongarán hasta el 19 de febrero. Las tres “jornadas” restantes (La Valquiria, Siegfried y El ocaso de los dioses) se sucederán en años consecutivos. Precisamente, hace apenas unas semanas, Heras Casado ha liderado en la Ópera de París unas exitosas funciones de Così fan tutte.
Entre París y Bayreuth, el wagneriano Heras Casado recalará en Berlín, en la Staatsoper Unter den Linden, en mayo de 2025, para dirigir El holandés errante en la producción concebida por Philipp Stölzl. En el repertorio del director granadino y en la memoria de los aficionados wagnerianos tampoco falta otra obra cumbre, Los maestros cantores de Núremberg, que dirigió el pasado mes de mayo, en el Teatro Real de Madrid, en la aclamada producción concebida por Laurent Pelly.
Todo convierte a Pablo Heras Casado en el más wagneriano director de orquesta español junto con Jesús López Cobos, quién jamás pisó el foso de Bayreuth, pero sí dirigió una y cien veces todas las óperas de Wagner, y tiene el honor de haber estrenado El Anillo del nibelungo en Japón, en 1987, en una gira al frente de la Deutsche Oper de Berlín, de la que tantos años fue director musical.
Y todo apunta a que se convierta en la probable alma musical de Bayreuth, en el dueño y señor del trono que en el Walhalla bayreuthiano compartieron con la familia Wagner Furtwängler, Knappertsbusch, Keilberth, Böhm, Barenboim Y Thielemann. Solo Wotan y la protosabia Erda saben qué pasará. Aunque Gonzalo Alonso, el Loge del siglo XXI, ya ha escrito y sentenciado: “El futuro [de Bayreuth] pasará posiblemente por una dirección no familiar en media docena de años”.
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