El Festival de Bayreuth pierde 15 millones de euros, un 65% de su presupuesto

La suspensión de la edición presencial del Festival merma el presupuesto para el próximo año y amenaza su celebración

Escena de Lohengrin en la edición de 2015 del Festival de Bayreuth

“Este año el presupuesto será suficiente para cubrir los gastos pero nadie sabe qué pasará en 2021. ¿Podremos celebrar el festival? De ser así, ¿cuántos espectadores podrán venir y cuánto dinero podremos recaudar?”, confiesa Holger con Berg, director gerente del Festival de Bayreuth.

Tras la declaración de la pandemia, el Festival fue de los primeros en anunciar la cancelación de la edición de este verano y de los últimos en presentar una edición virtual por streaming, radio y televisión.

El Festival, que se celebra cada año desde 1876, recibe un 65% de su presupuesto de la venta de entradas, que alcanza los 15 millones de euros, y el 35% restante de patrocinios y accionistas – la República Federal, el Estado de Baviera, la ciudad de Bayreuth y la Sociedad de Amigos de Bayreuth entre sus representantes principales -. Con la supresión de la primera partida, el festival depende en mayor medida de sus inversores, quienes tendrán que valorar si continúan participando.

Según se ha avanzado en los medios alemanes, la dirección ha apostado por nuevas producciones y títulos como el Holandés Errante, Lohengrin, Maestros cantores de Nuremberg y Tannhäuser, “un riesgo que esperamos que también asuman nuestros patrocinadores”, declara Heinz-Dieter Sense, sustituto de Katharina Wagner durante su baja por enfermedad. En ellas, se planteó que el coro tuviese gran protagonismo. “El gran problema son los aerosoles, las partículas y pequeñas gotas que se proyectan al cantar”, explica Christian Thielemann, “Si no encontramos una solución, creo que tendremos que olvidarnos de los coros hasta nuevo aviso”.

Por otro lado, a los elevados costes de producción se suma la inversión en equipo sanitario y renovación del espacio teatral, requisito imprescindible para que el público y artistas puedan volver al festival.

“Lo más importante es que la edición de 2021 del festival pueda llevarse a cabo”, insiste Sense, “si hay que hacer cambios, los haremos. Los directores de escena ya nos han dicho que es difícil cambiar sus producciones pero podremos volver a negociar con ellos. Si esto no fuese posible, consideramos la opción de realizar óperas en versión concierto. Defenderemos la primera opción hasta el final. Soy optimista”.

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