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Por Publicado el: 01/12/2016Categorías: En vivo

“Becqueriana”, Insólitas frescura e inspiración

INSÓLITAS FRESCURA E INSPIRACIÓN

           Obras de Francisco Calés Pina y de María Rodrígo. Ruth Iniesta, soprano, y Alejandro del Cerro, tenor. Coro de voces blancas María Rodrigo. Orquesta del Real Conservatorio de Madrid. Director: José Luis Temes. Auditorio Nacional, Madrid. 28 de noviembre de 2016.

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            José Luis Temes, a quien debemos las descubiertas de tantos compositores españoles preteridos, del siglo XX y anteriores, era el más indicado para recuperar la memoria de una compositora tan importante como María Rodrigo, muerta en el exilio puertorriqueño en 1967, singular creadora, que tuvo contacto en Munich con Richard Strauss. Tras la Guerra civil emigró a Suramérica. Su último destino fue Puerto Rico, donde murió, sin que en su país se enterarA nadie. La mayoría de sus partituras se ha perdido.

            Lo escuchado nos da idea de su talla musical. Esta ópera corta, “Becqueriana”, sobre texto de los Quintero basado en un poema de Bécquer, es, como dice Temes, “una auténtica delicia, a medio camino entre la exquisitez de Verlaine y la fantasía de Disney”. Está en buena parte imbuida de influencias wagnerianas, entrelazadas con limpias alusiones a nuestro folklore y sostenidas por una orquestación magistral si se piensa que fue escrita por una compositora de 25 años.

            La sutileza de los ecos del bosque envuelve al canto sincero del Poeta. Pasajes scherzantes se alternan con líricas efervescencias. El vate se enfrenta a tres símbolos femeninos, aquí interpretados por una sola cantante: la Pasión, la Ternura y la Ilusión. La frescura de los pentagramas cristaliza en un largo intermedio, el “Baile de las ninfas y los gnomos”, en el que aquí se realizó un amplio despliegue coreográfico ideado, con gracia y alegría, por Patricia Roldán.

            Temes gobernó con seguridad y sapiencia, aunque no pudo evitar pasajeros momentos de borrosidad polifónica y texturas algo rudas. Pero los chicos del Conservatorio se portaron como profesionales, también en las otras partituras que completaban el programa: “Impresiones sinfónicas” de Calés Pina, trazada con mano firme y orquestada estupendamente, y “La copla intrusa” y “Rimas infantiles” (glosas de canciones de corro, de 1930), intencionadas y garbosas, con modélica utilización de temas populares. En “Becqueriana” actuaron con acierto Ruth Iniesta, de voz luminosa, vibrante, en punta, facilísima en la zona alta, una lírico-ligera aérea y grácil. Le falto un punto de espesor en graves y centro, en los que no se la escuchó siempre bien. Alejandro del Cerro es un tenor lírico-ligero de cierta prestancia y agudo bien proyectado. Tiene arrestos, aunque su timbre no posea gran calidad. Arturo Reverter

 

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