Crítica: Beczala & Radvanovsky, gala triunfal
Beczala & Radvanovsky, gala triunfal
Obras de Puccini, Dvorak y Giordano. Sondra Radvanovsky (soprano), Piotr Beczala (tenor). Orquestra Titular del Teatro Real. Kari-Lynn Wilson, dirección de orquesta. Teatro Real. Madrid, 3 de noviembre de 2024.
El centenario de Puccini se está celebrando con multitud de conciertos y entre los más destacados se encuentran lo que efectúan en gira por varias ciudades la soprano Sondra Radvanovsky y el tenor Piotr Beczala, sin duda dos de los artistas más solicitados en la actualidad. De hecho, su gira viene precedida del concierto que la misma soprano efectuó con Jonathan Tetelman, otra gran figura de nuestros días, en el pasado Festival de Santander. Tan triunfales han resultado éste como el del Teatro Real, con aclamaciones desde su inicio.
Programa exigente para los artistas y muy grato para el público, con sólo dos piezas orquestales, lo que es de agradecer. En ellas se mostró potente la Orquesta Titular del Real bajo la rutinaria pero eficaz dirección de Kari-Lynn Wilson, esposa del director general del Met, Peter Gelb, lo cual ha facilitado su carrera. Ni el Preludio sinfónico en la mayor de un joven Puccini ni La tregenda de Le Villi del mismo autor son páginas relevantes, pero sí efectistas y de agradable escucha.
Beczala comenzó con la breve Donna no vidi mai de Manon Lescaut mostrando ya la belleza de su timbre, la brillantez de los agudos y el caudal crecido de un tenor que empezó como lírico-ligero y ahora tiende más hacia lo lírico. Primeras, no ya ovaciones, sino aclamaciones. Y siguió Radvanovsky con Sola, perduta, abbandonata y uno no pudo menos que trasladar el aria desde el desierto americano a las inundaciones de Valencia. Sí, solos, perdidos y abandonados. Cantó con su enorme chorro de voz, algunos agudos en forte algo destemplados, temperamento, intensa entrega y fraseando. ¡Cómo no emocionar! Vítores del público.
Luego una selección de Tosca, con Recondita armonía y el Adiós a la vida por parte del Tenor y Vissi d’arte por la de la soprano, para concluir la primera parte con su dúo del acto primero. Todo muy correcto por parte de él, pero sin aquellos filados de tenores como Corelli y bien expresada por la de ella, aunque con una prolongación excesiva en la frase previa a la nota final con messa di voce. Magníficos ambos en el dúo, acompañándolo con interpretación escénica.
En la segunda parte la muy de agradecer inclusión de tres momentos de la Rusalka de Dvorak: el aria del príncipe, la canción de la luna y el dúo. De lo mejor y más interesante de la tarde. Formidables ambos, también simulando la escena. Para terminar la parte oficial el Come un bel de maggio, La mamma morta y el dúo Vicino a te de Andrea Chenier de Giordano. Quizá Chenier precise un timbre más oscuro, pero Beczala puso toda la carne en el asador y aún más Radvanovsky en la muy matizada y expresiva aria. El final todo intensidad, con el volumen de la orquesta a tope pero superándolo con sus voces privilegiadas.
Amor ti vieta de Fedora, muy bien fraseada, una excepcional Pace, pace mio Dio de la verdiana Forza del destino con modélico manejo de las dinámicas, desde el piano para ascender al fortísimo, en el Paceinicial y el Brindis de Traviata cerraron una gala triunfal. ¡Bravo ambos!
Últimos comentarios