BIEN DIBUJADO FRESCO

Honegger: “Juana de Arco en la hoguera”. Aitana Sánchez Gijón, Toni Cantó, Isabel Monar, Itxaro Mentxaca, José Antonio López, Agustín Prunell-Friend, Francisco Corujo, Ricard Sales, Alfonso Sánchez, Carmen Lominchar. Coro y Orquesta Nacionales, escolanía del Sagrado Corazón de Rosales. Director: Josep Pons. Auditorio Nacional, Madrid, 25-4-2009.

Estrenada como oratorio el 12 de mayo de 1938 en Basilea, “Jeann d’Arc au Bucher” fue pensada, por el pío Paul Claudel y el sólido Arthur Honegger, para la escena, a la que accedió en junio de 1941 en Lyon. Es así como tiene auténtica significación y como se recreó en el Festival de Granada de 2003, en montaje de Daniele Abbado y dirección musical de Pons, que ha vuelto a poner de manifiesto en este concierto madrileño que para él tiene pocos secretos el abigarrado lenguaje dramático del compositor suizo, síntesis de elementos hijos del oratorio, de la ópera, del teatro y aun del cine.
Músicas atonales, modales, disonancias y consonancias, melodías de contagiosa amenidad vienen manejadas con una soltura y una sapiencia sensacional por la mano creadora, con episódicos recuerdos a Stravinski o, en estética distinta, a Orff. Números corales, recitados arcaicos, declamados solemnes, fueron diestramente engarzados y envueltos, cuando la ocasión lo pedía, con notable sentido el humor en esta versión, de tal manera que el colorista conjunto pudo alcanzar casi toda su dimensión narrativa.
La perfección, sin embargo, no se logró a causa del inadecuado balance. Se buscó la espacialidad situando a los cantantes en las gradas laterales; pero sus voces a veces se perdían en el proceloso mar, en el que en parte quedaron sepultados los parlamentos de la magnífica Sánchez Gijón, tan sentida como matizada, y de Cantó, que recitó un Hermano Domingo de bien estudiados claroscuros, por una mal planificada y poco clara amplificación. De entre los loables solistas vocales, citaríamos al bajo López, de consistente metal. La animación general, los bien estudiados cambios de registros impulsados por la batuta, la corrección general de los coros, atentos y expresivos, contribuyeron al lógico éxito. Arturo Reverter