Brahms o el homenaje perfecto de Gómez Martínez
BRAHMS O EL HOMENAJE PERFECTO
Critica de clásica / Teatro Monumental
«Un réquiem alemán», de J. Brahms. Isabel Monar (soprano), José Julián Frontal (barítono). Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE. Coro de la ORCAM. Directores del coro: Javier Corcuera y Pedro Teixeira. Director musical: Miguel Ángel Gómez-Martínez. Teatro Monumental, Madrid. 17-III-2017.
No por esperado, dejó de ser emocionante. Una vez en el podio, Miguel Ángel Gómez-Martínez se giró hacia el público y con un discurso tan breve como emotivo dedicó el réquiem a nuestro querido compañero José Luis Pérez de Arteaga, para quien también fue el largo aplauso del Teatro Monumental. Así empezaba la interpretación de una de las obras más trascendentes del siglo XIX, una pieza que sabe dar la espalda a la arquitectura tradicional del réquiem para afrontar un reto expresivo distinto y ganar en hondura humanística.
El acercamiento a la partitura del director de orquesta granadino buscaba lo trascendente, haciendo hincapié en ese espacio para la calma que va dibujando Brahms a medida que se suceden los compases. Si en la obra esta sensación de sosiego se va abriendo paso poco a poco en los últimos movimientos, donde la selección de textos invoca al consuelo, Gómez Martínez optó por adelantar ese espíritu meditativo a prácticamente la primera nota. El coro inicial del Selig sind, die da Leid tragen se llevó con contención, ralentizando las dinámicas corales y restando un volumen que se reservó para los momentos puntuales. Pero incluso en esos instantes no hubo ese asomo de rabia que siempre se esconde bajo la superficie de las páginas más desarrolladas de Brahms. Eso hizo transitar al réquiem por un camino interesante lejos de las luces y sombras habituales.
El protagonista indudable es el coro, que se enfrenta a una partitura mastodóntica en términos de dificultad por cuanto son muchos los lugares descubiertos, las exigencias contrapuntísticas o las entradas susurradas. El reto se superó con nota, con una cuerda de tenores excepcional y sin apenas advertirse las costuras de la mezcla de los dos coros que había en escena, el de la RTVE y el de la ORCAM. Su cuidado fraseo y pronunciación diáfana se ajustaron a la perfección al discurso trascendente que proponía Gómez-Martínez. La orquesta rindió a buen nivel, más allá de algunos desajustes de afinación en el viento-madera o unas breves discrepancias rítmicas en los timbales que no acarrearon mayores consecuencias. Cumplió con creces el barítono José Julián Frontal, con una voz bien proyectada y un sentido dramático muy adecuado, lejos de cualquier exceso o búsqueda de protagonismo. Menos acertada (por afinación y sobreabundancia de vibrato) anduvo Isabel Monar en su breve intervención. El público respondió con moderado entusiasmo al rendimiento de la orquesta y ovacionó merecidamente al conjunto de los coros. Mario Muñoz Carrasco
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