Bravos para un estreno de Cruz de Castro
Ciclos Musicales de la CAM
Bravos para un estreno
Obras de Cuyás, Cruz de Castro y Berlioz. A.Armentia, M.Martins, y A.Echevarría. Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Auditorio Nacional. Madrid, 23 de noviembre.
Resulta un tanto infrecuente que un estreno sea recibido, no ya con ovaciones sino incluso con bravos, aunque en el auditorio haya muchos amigos del compositor. Sin embargo esto es lo que ha sucedido con la suite de la ópera “La sombra del inquisidor” con música de Carlos Cruz de Castro y texto de Javier Alfaya, basado en la novela “El viaje sentimental” del mismo Alfaya. La ópera fue encargada por el INAEM para el Jacobeo de 1999 pero nunca se llegó a estrenar a pesar de estar totalmente terminada.
La suite, de unos cuarenta minutos, contiene tanto partes instrumentales como cantadas, ya sea por solistas o por el coro. Su lenguaje ni excluye ni aleja. Desde su obertura se introduce al oyente en un clima inquietante, ambientado en la Galicia rural, en el que se desarrollaran las tensiones entre los protagonistas de la obra: un abad de cultura y mente abierta, su discípulo que morirá víctima de la irracionalidad de la Inquisición, dos mujeres amantes y un judío liberal. Abundan los acordes reiterativos, las notas en staccato, que a modo de ostinatos vienen a meter hasta lo más profundo en el oyente la opresión argumental. Esto importa más que, por ejemplo, la espectacularidad de un Te Deum. La parte vocal de la suite contiene, además del Te Deum coral, un dúo entre soprano y mezzo de carácter cantábile, un lamento sin texto, una nana y un monólogo declamado para barítono. El contenido de los números y la extraordinaria recepción que obtuvieron permite pensar en el interés de la programación de la obra completa. Arantxa Armentía, Marisa Martins y Alfonso Echevarría se entregaron a sus papeles, muy cuidados por Maximiano Valdés y con unas prestaciones sobresalientes del Coro y la Orquesta de la Comunidad de Madrid.
El concierto se completó con la obertura de “La fattuchiera” del tempranamente malogrado Vicente Cuyás y con una selección instrumental del “Romeo y Julieta” de Berlioz, expuesta con la riqueza tímbrica deseada. Gonzalo ALONSO
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