Buen Recuerdo a Frühbeck
BUEN RECUERDO A FRÜHBECK
Orff: “Carmina Burana” (versión para dos pianos y percusión). Coro Nacional. Pilar Jurado, Agustin Prunell-Friend, César San Martín. Grupo Neopercusión. Director: Miguel Ángel García Cañamero. Homenaje a Frühbeck de Burgos. Auditorio Nacional, 18 de marzo de 2017.
Este justo homenaje al que fuera tantos años titular, primero, y director emérito, después, Rafael Frühbeck de Burgos, especialista en Orff (1933-2014), quedó en parte frustrado por la repentina indisposición del pianista Sergio Espejo, lo que obligó a prescindir de “Las bodas” de Stravinski, que requiere de cuatro músicos de su clase. Así el concierto quedó reducido a la archifamosa partitura del músico alemán en la que Sebastián Mariné, previsto sólo para aquella, fue uno de los dos pianistas. Se siguió la versión de Killmayer de 1956, autorizada por el compositor.
García Cañamero tiene una certera manera de reproducir los ritmos cambiantes y los “ostinati” a partir de un gesto claro, brazos en compás abierto en las partes más espectaculares y vigorosas, manos delicadas en la voluta para los pasajes más líricos y poéticos. Aunque no se lograran los pianísimos exquisitos que podíamos esperar. Hubiéramos deseado un vaivén más elástico, por ejemplo, en el instrumental “Reie” y un mayor toque de ensoñación en “Chume, chum geselle min”. Pero desde el comienzo pudimos apreciar la justeza del mando y el buen gusto en la aplicación de las dinámicas y los acentos, casi siempre precisos. El crecimiento inicial hasta el estallido del primer fortísimo en el rutilante “O fortuna”, con el que se premiaron los aplausos finales, fue digno de loa. Estupendo el aire ligero del “Ecce gratum”, muy en su punto los claroscuros de “Floret silva”. “In taberna” sonó recio y urgente y “Amor volat indique” aéreo y luminoso.
Sobresaliente para el grupo Neopercusión, con el timbalero Juanjo Guillem al frente, y para los dos pianistas. Cantó bien su exigente parte, falsetes y soles agudos incluidos, algo esforzado como es normal, pero con gusto, intención y estilo, a falta de un mayor relieve tímbrico, el barítono San Martín. En su punto, quizá a falta de una sensualidad más evidente y una afinación más exacta, con re natural 5 incluido, la soprano Pilar Jurado. E tenor ligero Prunell-Friend apostó con inteligencia por el falsete en su “Olim lacus colueram”. Se echaron en falta los niños. Arturo Reverter
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