Burdeos de garrafa
La Recomendación
Esta sección solo pretende ayudar. En Madrid hay mucha oferta de conciertos de música clásica y pocos lugares donde uno pueda hallar información comentada antes de que haya tenido lugar el concierto en cuestión. Por eso no se va a encontrar usted aquí con críticas; serán breves comentarios no acerca de lo sucedido sino de lo que esté por venir.
Más de uno no conocerá el acrónimo PGM. Son las siglas tras la que se encuentra un buen amante de la música al que le gusta compartir esos amoríos, aunque también el que hasta hace nada haya sido redactor-jefe de la revista RITMO durante 25 años y activo “recomendador” en Guía del Ocio, primero, y On Madrid, después, desde principios de los 90 del siglo pasado y hasta la defunción de la que fuera guía de espectáculos del diario El País.
Gracias a la perspicacia y amabilidad de Beckmesser.com, a cuya cita acudo agradeciendo su deferencia, voy a poder intentar que tantos años dedicados al periodismo musical puedan ahora seguir sirviendo para precisamente eso: ayudar.
El criterio para la elección de los conciertos se basa en el interés del repertorio o la calidad de los intérpretes. O las dos cosas.
Sencillo. Pedro González Mira
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Este lunes, día dos, el Teatro Real se da un descanso. Se olvida de los experimentos y vuelve a la ópera tal y como la entienden buena parte de sus clientes, sobre todo los que no ven –o no quieren ver- en la historia del arte ese lento y a veces trabajoso – y doloroso- progreso que la hace larga y compleja, pero a la par grandiosa. El título propuesto, L´elisir d´amore, de Gaetano Donizetti, no solo es un clásico de libro, sino que tiene todos los defectos y virtudes que adornaban al género en el primer tercio del siglo XIX. Y quizá alguno más, porque, al margen de las circunstancias que rodearon su creación, poco tiene que ver con los asuntos que preocupaban a su autor en ese momento: ni con las aristocráticas y nobles historias de Ana Bolena, Lucrecia Borgia o María Estuardo, ni siquiera con los fantasmas internos de Lucia de Lammermoor . Aquí Donizetti desciende a lo popular como el que salta a una piscina sin agua: a lo muy, muy popular.
Seguramente es así porque la pieza es una obra de circunstancias en sentido estricto. Donizetti tuvo que salvar la piel de Alessandro Lanari, gerente del Teatro della Cannobiana, porque otro compositor le había dejado colgado. Se trataba de la ópera que iba a abrir la temporada de primavera, y, a dos semanas de la fecha, el tal compositor no había dado señales de vida. Conclusión: ahí estaba Donizetti para resolver el problema. L´ elisir d´amore será una mejor o peor ópera, pero en todo caso hay que valorarla bajo esa perspectiva. En cuestión de días Felice Romani preparó un libreto basado en otro de otro libretista, para otra ópera de otro autor (este tipo de chapuzas eran frecuentes entonces), y en una semana poco más o menos Donizetti escribió la música. Los cantantes encargados de la creación de la obra fueron, por supuesto, los que habían sido contratados para el encargo inicial, y tuvieron que hacer lo que pudieron, pues sus voces no eran precisamente las más adecuadas para la musicalidad de Donizetti . Sin embargo, el éxito del estreno fue grande. Empezaba la primavera de 1832, y el Teatro cumplió gracias a la diligencia de Donizetti. Y a su genialidad sin igual, por supuesto.
Foto: Tato Baeza
Porque sí, esta piececita sencilla y sin la más mínima pretensión es, pese a sus defectos y cargante sencillez, una pequeña joya de la ópera cómica. ¿Defectos? Los que se pueden apreciar hoy, pero cosas que en su tolerante tiempo se hacían poco menos que indispensables para el buen correr de la diversión y el disfrute. En dos palabras: nada importa que música y texto se den la espalda, o sencillamente que este último roce lo infumable. Pero frente a estos “detalles” sin importancia brillan en la obra otras virtudes: el canto, la melodía y una teatralidad que imitaba a la que emanan las piezas de la Comedia del Arte, aun salvando las distancias, y que adquiere un nivel muy respetable en la figura de uno de sus personajes, el del pirado Doctor Dulcamara.
L´elisir d´amore, a diferencia de la otra gran ópera bufa de Donizetti, Don Pasquale, una obra de oscuro mensaje, es como una pieza de museo. Una reliquia del antiguo régimen donde las gracias –no muy graciosas- de sus incomprensibles personajes se tornan en irrelevantes ante la imaginación musical de Donizetti, que se expande en las arias que regala a sus personajes principales: el bobo Nemorino, la cabeza sin seso Adina , el tosco Belcore y el iluminado Dulcamara. La historia se basa en la leyenda de Tristán e Isolda, el filtro de amor es un vino peleón que el doctor vende al enamorado y el final, absolutamente feliz, en nada se parece al que sufre la desdichada pareja, a quien décadas después hará justicia un tal Wagner.
La puesta en escena que se va a ver en el Real –una coproducción con el Palau de les Arts de Valencia- ya subió a escena allí hace un par de temporadas . Es, como poco, tan disparatada como la propia obra, pero la luz y la alegría que expande son propias del asunto. Es decir, aunque lo parezca, no se trata de ningún experimento. Y los cantantes que la defenderán forman un grupo compacto. Para Adina se ha contratado a las sopranos Nino Machaladze, Camila Tilling y Eleonora Buratto. El joven Nemorino será defendido por Celso Albelo, Ismael Jordi y Antonio Poli. En el chiflado Dulcamara alternarán Erwin Schrott y Paolo Bordogna. Y, por último, para Belcore se ha escogido a Fabio Capitanucci y Gabriele Viviani.
Un teatro de ópera moderno no debe prescindir de este tipo de repertorio, sin duda de otro tiempo, casi arqueológico, pero conformar su programación a base de títulos como el presente sería una invitación al suicidio. Tras la era Mortier, aviso para navegantes para Matabosch.
DONIZETTI: L´elisir d´amore. Nino Machaladze/ Camila Tilling/ Eleonora Buratto; Celso Albelo/ Ismael Jordi/Antonio Poli; Erwin Schrott/Paolo Bordogna; Fabio Capitanucci/ Gabriele Viviani. Coro y Orquesta del Teatro Real. Director musical: Marc Piollet. Director de escena: Damiano Michieleto. Día 2, 20.00. Resto de las funciones: 3,4,6,7,8,9,11,13,14,15,17,18 y 20. Precio: entre 10 y 381 €. (día 2); entre 10 y 213 €. (resto).
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