Carmen al aire libre, razones de un fracaso
Carmen al aire libre, razones de un fracaso. El Mundo. Sevilla 8-08-2004
ANTONIO SALVADOR
JUSTO ROMERO
SEVILLA.— Iba a ser el acto central de la conmemoración del X Aniversario de la Expo 92, se fletarían barcos-hoteles para poder ofrecer alojamiento a la riada de turistas que desembarcarían en la ciudad e iba a colocar a Sevilla en los circuitos culturales a nivel internacional. Carmen al aire libre ha echado el telón antes de que se alzara. A menos de un mes para el inicio de las funciones, el presidente de la empresa organizadora, Michael Ecker, ha anunciado su suspensión. Un secreto a voces contra el que algunos mandarines municipales han preferido taparse los oídos antes que querer ver la realidad. Sevilla se queda sin Carmen en 2004. ¿Se volverá a programar la célebre ópera de Bizet el próximo año? ¿Seguirá el controvertido empresario austriaco vinculado al proyecto tras este formidable fiasco? Quizá el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, esté buscando respuestas en su plácido retiro estival a éstas y a otras incógnitas.
¿Por qué se suspende ‘Carmen al aire libre’? El productor ejecutivo, Michael Ecker, ha insistido en que la «única razón» que explica la suspensión del festival ha sido la imposibilidad de encontrar un sustituto de «máximo nivel» para Lorin Maazel, director musical del proyecto y quien comunicó su baja hace dos semanas tras someterse a una intervención ocular urgente. Es un argumento cierto, pero sin duda no el único ni el más importante. Desde luego, sólo un milagro hubiera posibilitado que Ecker encontrara en cuestión de días un maestro del prestigio del estadounidense.
Según ha informado esta semana The New York Times, Ecker le ofreció sin éxito la batuta a Pierre Boulez, James Conlon, Kent Nagano, Franz Welser-Möst y Plácido Domingo, pero todos tenían bloqueadas sus agendas para esas fechas con otros compromisos. Claro que, en este punto, cabría preguntarse por qué Ecker no tenía contratado desde hace meses a un suplente para que una eventualidad como la de Maazel no tirara por tierra el proyecto. Ello da pie a pensar fundadamente que el verdadero motivo de la anulación del I Festival Internacional de Música de Sevilla es el serio problema de liquidez de la empresa organizadora.
¿Hechos objetivos? La demora en el pago a algunos de los miembros del equipo artístico estuvo meses atrás a punto de provocar la ‘huida’ de algunos de sus integrantes, como fue el caso de Gerardo Vera (diseñador de vestuarios). Si esta afirmación es suficientemente reveladora, aún resultan más graves los problemas de Opera On Original Site (OOOS) –la firma suiza que preside Michael Ecker– para ofrecer avales a algunos de sus proveedores técnicos. La cuestión no es baladí. Ello ha generado un notable retraso en cerrar el plan de producción, ante las exigencias de garantías que planteaba la firma sevillana GPD. El delegado municipal de Cultura, Juan Carlos Marset, ha admitido que muchos de los contratos con proveedores de servicios que les fueron presentados esta semana por Ecker no estaban firmados, lo que alimenta las dudas sobre la solvencia económica de OOOS. ¿Cómo se explica también que el presupuesto inicial fuera de 20 millones de euros y la última previsión hablaba únicamente de 14,7?
¿Qué responsabilidad tiene el Ayuntamiento de Sevilla en este fracaso? Mucha, tanta o más que Ecker. De entrada, el Consistorio ha demostrado una candidez escandalosa al no tomar las mínimas precauciones. ¿Acaso se informó de con quien se embarcaba en esta aventura? ¿Contactó con su homólogo pekinés para recabar informes acerca del resultado de Turandot, la ópera de Puccini que OOOS puso en escena en la Ciudad Prohibida en septiembre de 1998? ¿Se preocupó de conocer la solvencia económica de la firma suiza? ¿Sabía si Ecker había satisfecho los cachés de todas las figuras que participaron en el proyecto chino?
Si se hubieran dado esos pasos en los orígenes y no a dos meses del inicio cuando el barco tenía ya una vía de agua, tal vez los representantes municipales hubieran evitado comprometer la imagen turística de Sevilla por semejante cancelación. Claro que, a la vista de la ejecutoria de Monteseirín, resultaba mucho más importante ganarse un titular en la prensa que hacer el trabajo de forma seria. Además de no tomar las mínimas garantías, el Ayuntamiento estuvo a punto de firmar un rocambolesco convenio con OOOS –frustrado por el PA, que controlaba entonces la Delegación de Cultura– que le hubiera impedido organizar el festival de música que Marset anuncia para 2005.
Según este convenio, el Consistorio se comprometía a renunciar a celebrar o a autorizar cualquier representación operística en escenario naturales de la ciudad en un plazo de cinco años, a concederle hasta 200.000 euros a la empresa organizadora, al tiempo que aceptaba incluso el inglés como idioma para dirimir un eventual litigio. Un puro despropósito, cuya responsabilidad habría que atribuirle a la Oficina del Plan Estratégico que dirigía Manuel Marchena. Pelillos a la mar… El regidor, que anunció la celebración de Carmen al aire libre en el transcurso de una conferencia dictada en Barcelona en febrero de 2001, le ha sacado suficiente provecho a la malograda Carmen. En febrero, Monteseirín no tuvo reparos en alardear de oferta cultural en Nueva York, con la ópera de Bizet como banderín de enganche. Ahora guarda silencio en su retiro vacacional. Como Marchena.
¿Qué ha fallado? Además de la negligente actuación municipal, otras muchas cosas. Salvo en el mundo operístico, que reprueba las representaciones a cielo abierto, la idea de poner en escena Carmen en espacios naturales de la ciudad ha generado una unanimidad favorable. Especialmente en el sector turístico, que veía en el festival una indudable oportunidad de negocio. Sentada esta afirmación, podría hacerse un amplio listado de los errores cometidos. De entrada, resulta curioso que el único escenario contemporáneo a la obra de Bizet (1838-1875) barajado inicialmente, la antigua Fábrica de Tabacos, quedara excluido finalmente. También resulta inexplicable que se programe en Sevilla, a principios de septiembre, un espectáculo al aire libre a las 20 horas, cuando los termómetros difícilmente marcan menos de treinta grados. Igualmente, la organización ha errado al fijar los precios, ciertamente excesivos para movilizar el volumen de visitantes previstos. Aunque por debajo de las expectativas, el público internacional ha respondido. El nacional, no. Según Ecker, en el momento de la cancelación se habían vendido ya 19.800 entradas, una cifra que dista mucho de las 80.000 que se había marcado en un principio.
¿El elenco de artistas era de primer nivel? Rotundamente, sí. El reparto anunciado era ciertamente de primer rango internacional, acaso por la magnanimidad con que Ecker ha negociado los cachés. Aunque ya entrado en años, el tenor Neil Shicoff es uno de los mejores Don José de los últimos 25 años. Tampoco le van a la zaga la mezzosoprano Olga Borodina y la diva Angela Gheorghiu en el papel de Carmen. Por no hablar de voces tan consagradas como la del barítono boloñés Ruggero Raimondi, quien debía dar vida al torero Escamillo, y que se enteró ayer por la tarde de la cancelación de las funciones por este periódico.
¿Será difícil recuperar la confianza de estas figuras para el próximo año? En el mundo operístico, la cancelación del festival sevillano tendrá consecuencias negativas pero no excesivamente graves. Por una razón muy sencilla. A estas alturas, los profesionales saben qué es Sevilla y muy bien quién es Michael Ecker. Desde ese punto de vista, siempre que las agendas no lo impidan, no debe ser excesivamente complicado atraer nuevamente la atención de algunas de estas estrellas. Ahora bien, la interesada generosidad que Ecker ha demostrado a la hora de negociar los cachés –en algunos casos, hasta el doble de lo que se paga en el mercado, al objeto de superar las reticencias de los artistas a colaborar con un personaje como él– pondrá muy difícil futuras negociaciones a los representantes municipales.
¿Sale dañada la imagen de Sevilla como destino turístico por la cancelación? Sí. La cancelación de la ópera Carmen es un golpe a la línea de flotación de las aspiraciones de la ciudad de convertirse en destino cultural de primer nivel. ¿Qué credibilidad tendrá la ciudad para atraer a visitantes ante propuestas futuras? Habrá que esperar para conocer la respuesta. Desafortunadamente, el consorcio de Turismo ha demostrado escasos reflejos a la hora de organizar algún acto alternativo para tratar de ‘retener’ a los turistas que ya habían reservado plaza hotelera en la ciudad coincidiendo con las representaciones de la ópera o para aquellas empresas que iban a celebrar sus convenciones en Sevilla aprovechando la propuesta de Carmen. La próxima semana se anuncia una reunión para preparar una programación alternativa. Esperemos que ya no sea demasiado tarde.
¿Qué posibilidades tiene Ecker de participar en el festival que anuncia el Ayuntamiento para 2005? Pocas, muy pocas. El planteamiento unánime en el sector turístico es que, a la vista de la fallida experiencia, el Ayuntamiento debería tomar el control absoluto del festival. El presidente de la patronal sevillana, Fernando Guerrero, lo ha dicho muy gráficamente: «Sería el colmo que tropezáramos dos veces con la misma piedra». ¿Qué piensa el Ayuntamiento? Cortésmente, el delegado municipal de Cultura, Juan Carlos Marset, no ha descartado que Ecker se vincule en el futuro proyecto –el convenio firmado en noviembre de 2002 tiene una vigencia de tres años–, siempre que su replanteamiento del proyecto vaya acompañado de garantías más sólidas que las presentadas hasta ahora. En todo caso, el empresario austriaco tendría un papel secundario, no como hasta ahora. La incógnita se desvelará previsiblemente a finales de septiembre. Puede que a Ecker la idea de que el Ayuntamiento coja el timón no le apasione, pero no le interesa en este momento romper la baraja. Quizá tampoco al Ayuntamiento, temeroso de que el desprestigiado productor austriaco pueda presentar algún tipo de batalla en los tribunales. ¿Podrá el Ayuntamiento exigir daños y perjuicios a Michael Ecker?
CRONOLOGÍA HACIA EL FRACASO
– 8 de febrero de 2001. El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, anuncia en Barcelona durante su intervención en el X Simposio Internacional de Turismo y Ocio organizado por Esade la representación de la ópera Carmen en escenarios naturales de la ciudad como acto conmemorativo del X Aniversario de la Expo 92. La primera fecha que se fija para la celebración del evento es del 10 al 20 de septiembre de 2002.
– 7 de marzo de 2001. El ex comisario de los actos conmemorativos Guillermo Gutiérrez y la representante de la empresa organizadora Zenaida des Aubris acuerdan adelantar la celebración de Carmen al aire libre diez días –del 29 de agosto al 9 de septiembre– para evitar la coincidencia con la Bienal de Flamenco, después de las críticas del entonces delegado de Cultura, Juan Ortega, y el director de la Bienal, Manuel Herrera.
– Septiembre de 2001. Segundo cambio de fechas. Opera On Original Site (OOOS) decide retrasar la celebración del evento a septiembre de 2003 –del 4 al 14– alegando la crisis turística internacional suscitada tras los atentados terroristas del 11-S. Los organizadores argumentaron, además, que necesitaban más tiempo para poder garantizar una producción «óptima».
– 1 de mayo de 2002. EL MUNDO de Andalucía informa ese día de un nuevo aplazamiento en la celebración de la ópera Carmen. El productor ejecutivo y presidente de Opera On Original Site, Michael Ecker, anuncia su desarrollo entre el 2 y el 12 de septiembre. El empresario argumenta que, con la incertidumbre aún latente derivada de los sucesos del 11-S, sería difícilmente movilizar a los 40.000 visitantes extranjeros previstos. Tercer cambio de fechas.
– 2 de mayo de 2002. El delegado de Economía, Emilio Carrillo, anuncia actos de «altísimo nivel» para compensar el retraso del acontecimiento estrella de la conmemoración del X Aniversario de la Expo. A estas alturas, no hace falta recordar la programación con que el Ayuntamiento festejó los diez años de la muestra universal.
– 16 de noviembre de 2002. El presidente de OOOS, Michael Ecker, y la delegada de Cultura, Paola Vivancos, firman el convenio de colaboración para la celebración de Carmen al aire libre en Sevilla en el verano de 2004. El Consistorio se compromete a facilitar los espacios naturales, servicios básicos y los permisos. No contrae ningún compromiso económico. Por esas fechas, Ecker ya habla de programar Fidelio de Beethoven en 2005 y, en 2006, Don Giovanni, coincidiendo con el 250 aniversario del nacimiento de Mozart.
– 15 de julio de 2003. Ecker anuncia en Sevilla que ya tiene vendido, a falta de un año para el desarrollo del espectáculo, 16.000 localidades. Asegura que tiene ya contratados a los artistas, pero se sigue negando a desvelar sus identidades. Ecker se reúne con el alcalde en el Ayuntamiento.
– 28 de agosto de 2003. En una conferencia de prensa ofrecida con el delegado de Cultura, Antonio Rodríguez Galindo, el presidente de OOOS desvela que ha contratado a Carlos Saura y al maestro Lorin Maazel para su proyecto. También se da a conocer que el equipo técnico se completa con Vittorio Storaro (iluminación), Gerardo Vera (diseño de vestuarios), Wolfgang Fritz (diseño acústico) y Motoko Ishii (diseño de iluminación de las áreas públicas).
– 20 de noviembre de 2003. Saura, Maazel y Ecker se desplazan a Sevilla para presentar el espectáculo junto al alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín. Los directores conocen los escenarios en los que se desarrollará la ópera, junto a un nutrido grupo de periodistas internacionales.
– 2 de febrero de 2004. Monteseirín preside en el Lincon Center de Nueva York –sede de la Orquesta Filarmónica– el acto de presentación de Carmen al aire libre a operadores turísticos y periodistas estadounidenses en el transcurso de su viaje oficial a EEUU. La conferencia de prensa fue organizada por Zarin Mehta, hermano de Zubin Mehta (director de Turandot al aire libre en la Ciudad Prohibida de Pekín, organizado por Ecker en septiembre de 1998).
– 15 de febrero de 2004. La organización sólo tiene reservados en firme el 12,5 por ciento de los ‘paquetes’ disponibles.
– 5 de marzo de 2004. El productor ejecutivo de OOOS invita a un nutrido grupo de periodistas internacionales a desplazarse a Sevilla para conocer in situ los escenarios naturales en los que se iba a desarrollar la ópera.
– 15 de mayo de 2004. La Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia solicita a una «reunión urgente» con el delegado de Cultura, Michael Ecker y Viajes El Corte Inglés –central de reservas del festival– para conocer «de primera mano los últimos datos del proyecto y el estado de situación de los compromisos adquiridos por cada una de las partes».
– 27 de mayo de 2004. Opera On Original Site inicia con un mes de retraso la venta de las entradas individuales. Ecker contrata la comercialización al departamento de ‘ticketing’ de El Corte Inglés. Los precios oscilan entre los 15 y los 700 euros.
– 30 de mayo de 2004. El presidente de la Asociación Empresarial de Agencias de Viaje de Sevilla, Antonio Távora, critica los precios «tan caros» de los ‘paquetes’ turísticos.
– 15 de junio de 2004. A dos meses y medio para el inicio del festival, el presidente de OOOS, Michael Ecker, pide al Ayuntamiento avales por importe de 16 millones de euros para poder cerrar acuerdos para la producción del evento. El Consistorio rechaza de plano la situación y sólo se ofrece a comprar hasta 120.000 euros en entradas.
– 24 de junio de 2004. El Ayuntamiento de Sevilla da por bueno el plan de pagos y las explicaciones sobre el estado del proyecto ofrecidos por Ecker. El Consistorio mantiene su apoyo al proyecto, sellado en una cena informativa con la asistencia del empresario austriaco y el delegado municipal de Cultura, Juan Carlos Marset.
– 9 de julio de 2004. EL MUNDO informa de que la Filarmónica de Nueva York se desvincula del festival sevillano alegando falta de garantías de cobro por parte de Michael Ecker.
– Finales de julio de 2004. El director musical Lorin Maazel, tras someterse a una operación urgente de ojos, cancela su participación en Carmen al aire libre “por prescripción médica”.
– 4 de agosto de 2004. A 28 días para el inicio de las representaciones, Ecker confirma la suspensión del I Festival Internacional de Música de Sevilla y que en un plazo máximo de seis semanas presentará una nueva propuesta al Ayuntamiento para volver a programar la ópera Carmen en septiembre de 2005.
– 6 de agosto de 2004. El delegado de Cultura anuncia que el Ayuntamiento organizará a partir de 2005 un «gran» festival internacional de música con control municipal al cien por cien.
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