Carmen Calvo: El sexo y la tontuna
ZIGZAG. ´LA RAZÓN 10-10-2004
El sexo y la tontuna
Cuando una mujer es tonta, y las hay casi tantas como hombres, una de sus más repetidas triquiñuelas al verse descubierta –la más contemporánea y políticamente correcta, sin duda– es clamar que no se lo dicen por tonta sino porque es mujer. Y no. Ser mujer no da patente de listeza. Carmen Calvo es tonta de capirote, con balcones a la calle, no porque es mujer sino porque es Carmen Calvo. Lo suyo es la síntesis de un despropósito verbal continuado, de un potaje intelectual en pleno hervor y de una empanada mental recalentada que confunde culo y temporas, idea y ocurrencia, expresión y verborrea y que convierte un trapo de diseño en una máxima filosófica y sus delirios de top-model en principios éticos. Su deslenguada tontunez, además, se le nota mucho porque alguien tuvo la ocurrencia de hacerla ministra, y de Cultura. Que en eso sí hay que buscar culpable de discriminación sexual. Porque si a ella se la hizo ministra no pudo ser ni por lista, ni por avisada ni por prudente, si no por ser mujer. Por cuota sexual, vamos. Fue toda una temeridad como se encarga de demostrar ella a cada paso y cada pase. Porque es bien sabido, lo insinuaba ya el propio Arquímedes, que a un tonto se le da un punto de apoyo y se intenta apoderar del mundo. El atrevimiento de los tontos siempre ha sido legendario.
Antonio PÉREZ HENARES
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