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¡Feliz 2016!
Por Publicado el: 06/01/2016Categorías: Artículos de Beckmesser

Carta a los Reyes Magos 2016

Reyes Magos

Carta a los Reyes Magos 2016

A mi me enseñaron desde pequeño que antes de pedir hay que hacer balance y agradecer lo que uno ha recibido. Y, puestos a efectuar balance, nada mejor que repasar lo que pedimos hace un año y ver qué fue de todo ello. Lamentablemente muchas de nuestras peticiones quedaron desatendidas y, sobre todo, la filosofía que las impregnaba no acabó de calar en Sus Majestades. De aquí que no esté de más volver a insistir en ella.

Puestos a hacer balance de nuestras peticiones en 2015, he aquí los resultados:

– Se cumplió el primero y Afkham firmó con la ONE.

– También, aparentemente, el segundo y el Real arregló de una vez por todas sus cuentas.

– No el tercero y el Gobierno sigue sin restituir los dineros que se han ido sustrayendo a las instituciones culturales y musicales de este país en estos ocho año.

– Tampoco el cuarto y el indignante IVA cultural sigue acampando a sus anchas.

– El quinto era casi imposible, aunque a punto estuvo, y Plácido Domingo no se retiró.

– En el sexto se siguen cometiendo actos impuros, sigue habiendo y se siguen nombrando personas poco enteradas en los puestos de responsabilidad musical.

– El séptimo parece irse cumpliendo y la presencia de artistas españoles en nuestros teatros es más frecuente que antes.

– Intentos hubo de hacer un homenaje en condiciones a Kraus, pero no acabaron de ser lo que deberían ser.

– Los encargos a nuestros músicos jóvenes mantienen en mínimos.

– No sólo parece imposible que se vuelvan a hacer programas de mano decentes en sitios como el Real o la RTVE, sino que otras instituciones se han contagiado de la enfermedad, si bien algunas los han sustituido por ficheros digitales.

– El Festival de Santander continúa con otras preocupaciones prioritarias a la de desvelar sus contenidos con tiempo, pero ha avanzado en ello y ya los da a conocer en abril.

– Les Arts de Valencia realmente nos sorprendió, pero no recamelando a Mehta, sino con una sucia maniobra contra su intendente Helga Schmidt.

– Los gobiernos central y locales siguen con el grifo bastante cerrado y ya no sólo a la hora de desembolsar fondos para actividades musicales, sino también a la hora de dar facilidades para ellas en sus locales.

– Lamentablemente continúan siendo un mal frecuente las sustituciones en conciertos y óperas.

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Parece que estamos empezando a recuperarnos, las calles están llenas, han vuelto los atascos por doquier porque tenemos más dinero para gastar en una gasolina que es más barata, las ventas de los comercios han subido, no se había creado más empleo desde 1999, pero a pesar de todo ello los Reyes Magos aún andan escasos de efectivo. Más ahora que han de comprar nuevos ropajes tras el cambio de sexo de alguno de ellos. Por cierto, ¿se lo habrá pagado la seguridad social, porque no estamos para tales dispendios con la realeza?

Por eso pido cosas que no cuesten dinero, o muy, muy poco, aun siendo consciente de que a veces estas suelan ser las más caras para aquellos que dirigen los designios del mundo, y por ello ´impedibles´. Hay muchas, pero me voy a centrar en solo una: que los niños tengan la oportunidad real de aprender a escuchar música. No pido a sus Majestades grandes cosas o costosas cosas, o traumáticos cambios en los planes de estudios. No; nuestros chicos pueden seguir aprendiendo en las escuelas cosas tan absurdas e ineficaces como el cálculo del volumen de un tetraedro regular, pero pido a los Reyes Magos que, con todo el poder que se les supone, hagan ver a los ministros de educación de turno que el asunto no es tanto que la música se aprenda en la escuela (que también) cuanto, sencillamente, se escuche. Porque sí; leer, saber mirar una obra de arte plástica, etc. es fundamental para la formación de un chaval, pero aprender a escuchar música entiendo que lo es más. Me apoyo en dos razones, y por supuesto sin contar con el puro placer que pueda derivarse de una escucha comprensiva. La primera es de calado: no hay manera más completa (por su carga abstracta) de hundirse en las más recónditas profundidades del alma humana que a través del mensaje musical: no se puede explicar nada que trate acerca del ser humano mejor que lo pueda hacer una fuga de El clave bien temperado. Pongo por caso. Y la segunda razón es que si admitimos que es muy bueno que nuestros jóvenes sepan escuchar a sus semejantes, la palabra de sus semejantes, no encontrarán mejor ejercicio para el aprendizaje de eso que la escucha musical.

       ¿Qué pido, entonces, a los Reyes Magos de Oriente? Pues que convenzan a los de Occidente, o sean a los maestros y profesores de nuestras escuelas, para hacer una cierta revolución incruenta con el aprendizaje de la música, consistente en cambiar lo que hacen en el aula por la simple escucha musical. No se necesitan músicos profesionales; se necesitan ciudadanos que sepan escuchar música, y eso es más fácil de aprender si se hace desde el aula. Queridos Reyes Magos: y si además de concienciar un poco a los maestros pudieran sus Majestades convencer a los políticos del Ministerio de Educación para que en todas las aulas de niños pudiera haber un reproductor de discos (o similar), me harían sus Majestades inmensamente feliz.

Hay por tanto posibilidad de seguir avanzando en muchas cuestiones, si bien las esperanzas no son muchas para la música y ni siquiera para la cultura. ¿Cómo podríamos ser optimistas si en ni uno sólo de los recientes debates electorales se discutió de temas culturales? Tan poco importamos? Y, miren ustedes por donde, la falta de cultura y educación son la causa de todos los males que está padeciendo nuestra sociedad. Las calles están sucias no sólo porque los ayuntamientos han perdido las prioridades, sino también porque escupimos y tiramos papeles al suelo; muchas cosas funcionan mal porque quienes tienen que hacerlas funcionar no se esfuerzan y no lo hacen porque ha desaparecido la cultura de premiar al esfuerzo; el país no sabe a donde va porque sus dirigentes o aspirantes a ello na han aprendido lo que es la generosidad por mucho que se les llene la boca hablando de solidaridad…

En fin, queridos Reyes Magos, ¿por qué en vez de venir vosotros de Oriente, no os lleváis allí a unos cuantos y nos los sustituís por otros con más formación, educación, cultura y amplitud de miras? Pedro González Mira/Gonzalo Alonso/Beckmesser

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