Orquesta de la RTVE: Carta de la abonada de la fila 17
Ante la noticia del cierre temporal por reforma del Teatro Monumental casi con nocturnidad y alevosía he aquí de momento la fantasía que les hemos preparado. Próximamente publicaremos un artículo de fondo sobre el tema, ya que la medida tiene mucho de negativo pero también algo de positivo a largo plazo y han de conocerse las razones que han impulsado a una decisión tan aparentemente precipitada, ya que parece haberlas por muy discutibles que sean. No se pierdan la carta-replica de una abonada de la fila 4 de anfiteatro pinchando aquí.
Carta de la abonada de la fila 17
Tengo 54 años y un perro, un trabajo monótono que teclea mi cabeza, que no me deja pensar, del que supongo que me echarán en cuanto las arrugas de mi cara chorreen hasta el teclado del ordenador y ellos encuentren a alguien más joven y más desesperada que yo.
Tengo 54 años, y la única ilusión que me queda es salir el viernes con mi amiga Mercedes al Monumental, ha sido así desde hace 20 años, semana tras semana, sinfonía tras sinfonía.
Voy allí porque la gente es como yo, disciplinada en su pequeña porción de deleite, del poco disfrute que nos han dejado, de lo poco que sigue siendo nuestro… la cultura.
Somos esos abonados fieles de “vinito” del viernes que no vamos mucho al Auditorio porque no somos de fanfarrias, ni fanáticos de los divos, sólo amantes de la música clásica.
Respeto a esa orquesta y a su coro, han crecido conmigo, han superado la crisis junto a mí, mano a mano, concierto a concierto, dando alas a Brahms, a Schubert, a Mozart… dando vida a esas pequeñas cosas que nos han hecho grandes.
Y de repente, sotto voce, en plena ola de calor y cuando ya hemos sacado nuestro abono para la próxima temporada, nos enteramos que en octubre Mercedes y yo ya no tendremos nuestra monótona y sabia porción de felicidad porque cierran por obras el Monumental.
Nos dicen que esta temporada nos llevarán a Pozuelo, o al Escorial, porque no queda sitio para nosotros en la ciudad, porque no queda espacio posible en esta ratonera más que para grandes almacenes y discotecas, porque mientras nosotros vivíamos nuestra crisis acompañados de Beethoven, el Ayuntamiento y el ente de Radio Televisión Española no quisieron hacerse cargo de nuestro teatro, de nuestra pequeña dicha, de todo aquello que nos hace felices. En fin, porque les damos igual o ¿es que no ha habido alguna manera de evitar esta puñalada? ¿No eran suficientes 30 años desde que se sabía que había que arreglar ese teatro para buscar una solución digna a una orquesta que nos pertenece a todos, hasta a aquellos que no van nunca a un concierto?
Mercedes y yo ya comentábamos este año que cada vez éramos menos y más viejos, que la sala ya no estaba llena como antes… cuando la orquesta vuelva al Monumental, si es que alguna vez vuelve, quedaremos muy pocos seguramente, porque a este país parece no importarle en absoluto la cultura y no se empeña lo suficiente en valorarla.
El teatro estaba herido de muerte desde que lo conozco y todos lo sabíamos, a veces pensaba que hubiera sido una muerte digna que ese tejado cayera sobre mi cabeza tras la última nota de la Resurrección de Mahler… los melómanos somos así de radicales y más si se trata de la Segunda.
Sabiendo que esta carta no va a servir para nada se despide con lágrimas en los ojos la abonada de la fila 17, butaca 15 que, haciendo un inciso en su monótona y estúpida vida, alza la voz por algo que le importa desesperadamente.
https://www.youtube.com/watch?v=tf5fM1i3MGQ
Estimada Señora,
A los que sí vamos al Auditorio nos apena enormemente que Ud. y su amiga Mercedes tengan que dejar de calzarse un vinito cuando quieran, lo cual no es óbice para que puedan disfrutar de la música que les apetezca sin necesidad de menospreciara otros programas, a otros artistas y a otros públicos que no sean los de su querido Monumental. El público del Auditorio, al igual que Ud., elige los espectáculos de acuerdo a sus gustos. Su acotación sobre la fanfarria o los divos no deja de ser un dardo relleno de pataleta de niña pequeña cuya justificación es falaz porque no tiene nada que ver ni con el Auditorio ni con su programación ni con su público sino con una frustración inexplorada de Ud. misma consigo misma que debería tratarse para su bienestar futuro. El público del Auditorio estará encantando de que siga siendo fiel al Teatro Monumental, sobre todo porque, así, se evitará la incomodidad de tener que mezclarse con personas despreciables, vanidosas y superficiales que no comparten su superior e informado criterio a la hora de decidir dónde, quién y cuando se programa música que a uno le puede apetecer disfrutar.
Por si no lo ha probado, permítame recomendarle una copita de Enate blanco, somontano feliz y capaz como el mejor. A veces lo inesperado trae sorpresas.
Reciba un cordial y atento saludo. Y procure cambiar de trabajo. No es bueno pasar tantas horas quejándose de lo que uno ha elegido hacer porque, después, aparecen las consecuencias emocionales tan difíciles de gestionar. Y se va haciendo peor, según pasan los años.
Estimado amigo y colega del Auditorio Nacional,
Antes que nada me excuso si usted se ha sentido dolido por mi acotación sobre la fanfarria y los divos, pero a la vez me siento tremendamente feliz de que esta “pequeña broca” suponga que en Madrid haya públicos distintos y que, como si de fútbol se tratara, defendamos cada uno lo nuestro.
Quizás tenga razón en que es frustrante no disponer de la guita para abonarme a otros ciclos sinfónicos, y que efectivamente hay algo de envidia en mi comentario, porque como usted comprenderá si me regala una entrada mañana para, vamos a suponer, la San Petersburgo y Termirkanov el año que viene, que me pilla además fenomenal porque cae en domingo, yo no le voy a decir que no.
Pero imagínese usted por un momento que mañana le informen por carta de que su abono de la OCNE del próximo año, o el de Ibermúsica, va a tener que disfrutarlo en el Auditorio de Matalascabrillas del Duque y que el Enate se lo va a tener que tomar en el bar Los Molinos de la misma localidad y sólo uno, no vaya a ser que a la vuelta le toque soplar en un control de tráfico.
Que dice Mercedes que, en cualquier caso, ella está dispuesta a lo del Enate y que no me pase con usted, que lo mismo es soltero y tiene un amigo en condiciones.
Y, en cualquier caso, oiga usted, qué gusto que nos peleemos por lo bueno. Ahí donde nos toque estar el año que viene queda usted invitado a una copita para seguir discutiendo, que se sorprendería de lo guapa que estoy a los 54.
Bravo por la señora SpR tanto en la forma como en el fondo de sus escritos, original y contestación. Que tenga toda la suerte del mundo.
Un clarinetista.
Si señora, eso es una contestación con educación. Me siento muy honrada de que personas como usted disfruten de nuestros conciertos y nos trate con tanto cariño y respeto. Un saludo y un fuerte abrazo por su sentir con respecto a nuestro trabajo. Una cantante del Coro de RTVE.