Cartas a los Reyes Magos 2018
Cartas a los Reyes Magos 2018
Lamentablemente los Reyes Magos no pasaron por el mundo musical hace un año ni para dejarnos carbón, por lo que no concedieron ni uno de nuestros deseos. Por ello les insistimos en las solicitudes de entonces de quienes nos ocupamos de la música clásica en este diario.
Que Jonas Kaufmann se recupere definitivamente y deje de cancelar dañando nuestros bolsillos.
Que no se permita que orquestas, como la de la Comunidad Valenciana, pierdan calidad.
Que vengan a dirigir ópera Kirill Petrenko y Christian Thieleman
Que quienes fueron grandes figuras del pasado reciente e incluso no tan reciente se retiren definitivamente de los escenarios operísticos y dejen de engañar con partituras transportadas.
Que se restablezcan los Premios Líricos Campoamor, con ese u otro nombre.
Que se solucionen definitivamente y sin parches mendicantes las situaciones económicas de la ROS, del Villamarta, de la temporada de los Amigos de la ópera de A Coruña, etc.
Que las empresas se den cuenta que no pueden llevar al Teatro Real todos sus patrocinios, que a veces vale más ser cabeza de ratón que cola de león y que, con el mismo presupuesto, podría beneficiar más a su imagen una presencia casi exclusiva en instituciones más pequeñas y necesitadas.
Que se acabe de una vez con la mal entendida y peor aplicada ley de buenas prácticas para cubrir ciertas plazas a base de concursos amañados y faltos de criterio en sus bases. Canarias, Alicante, Valencia, Sevilla, etc. son ejemplos a evitar.
Que los partidos políticos se pongan de acuerdo para firmar un pacto educativo que incluya para la Música planes específicos para enseñar a niños y jóvenes a escuchar música y así permitir una continuidad de público en las salas.
Que no haya ni un solo recorte presupuestario más en ninguna institución musical pública española y que baje el IVA cultural.
Que las agencias de comunicación y los anunciantes en la prensa musical se den cuenta de una vez que algunos medios en webs tienen mucha mayor difusión que otros en papel.
Que algunos de esos medios en web o papel dejen de chantajear económicamente a los artistas con portadas, reseñas o entrevistas pagadas e incluso con cuotas de mantenimiento para cuidar carreras.
Que llegue la inspiración a los programadores de conciertos para que den con el equilibrio justo entre clasicismo, recuperaciones y novedad y que las nuevas creaciones de los compositores españoles que van estrenándose tuvieran segundas y terceras oportunidades.
En fin, que la música, y en general cualquier manifestación artística, no fuera vista por la sociedad y por los distintos gobiernos como un adorno bonito en tiempos de bonanza, sino como una necesidad real de la conciencia del individuo mucho más allá del placer estético.
Lamentablemente –termino con la misma palabra inicial- tenemos pocas esperanzas de resultar agraciados. Gonzalo Alonso
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