Casa Verdi, residencia para artistas retirados
Casa Verdi, residencia para artistas retirados
El compositor fundó la residencia para aquellos artistas jubilados cuyos ahorros o situación no pudiesen mantener una vida independiente
“Hay más música en esta residencia que en el resto del mundo”, bromea Irena Domowicz, mezzosoprano retirada y residente en la Casa Verdi.
A sus 80 años, el compositor de La Traviata, Aida y Otello llevaría a cabo la obra de la que se sentiría más orgulloso: la residencia para músicos Casa Verdi, destinada a aquellos artistas que “o no han sido favorecidos por la fortuna o quienes siendo jóvenes no tuvieron la virtud de ahorrar”, explicó en su momento Verdi.
Un año después de su muerte en 1901, Casa Verdi recibió a sus primeros nueve huéspedes. Hoy conviven en ella cerca de 60 cantantes de ópera retirados. Durante las primeras décadas, los royalties de las 27 óperas de Verdi cubrieron los gastos de la residencia, que incluye cobertura médica y mantenimiento del edificio y su personal. Hoy, los gastos pasan por la Fundación Guiseppe Verdi y sus residentes pagan una cuota de acuerdo a su situación económica.
Su presidente, Roberto Ruozi, advierte que actualmente los motivos que llevaron a Verdi a construir esta residencia están aún vigentes: “Muchos de los artistas que consagraron su vida a la música no tienen los medios económicos necesarios para poder costearse una residencia o vivir de manera independiente, una situación que en muchos casos se ve agravada por una situación familiar inestable”.
Durante los últimos 117 años, Casa Verdi ha acogido hasta 1.500 residentes, profesionales de todos los campos de la música que gracias a las características de esta residencia comparten el atardecer de su vida con compañeros de carrera. Además, desde 1999, Casa Verdi se abrió a la acogida de estudiantes, una iniciativa que busca dar un giro a la formación de jóvenes músicos a la vez que se unen distintas generaciones: “Para los más mayores, los jóvenes son inyecciones de vida y viceversa”.
Corrado Neri, estudiante de 25 años, recuerda la dificultad de encontrar alojamiento en Milán, motivo por el que solicitó una plaza en Casa Verdi: “Cuando me dijeron que había plaza fue lo mejor que me podría haber pasado. Estas personas son mi familia y mi máximo apoyo, he aprendido muchísimo de ellos”.
Para Renato Franco Perversi, antiguo violinista en la orquesta de La Scala y residente desde 2016, “no hay palabras para describir la generosidad de Verdi… aún le sentimos entre nosotros”, destaca. “Es un lugar extraordinario para vivir, y sí, aunque estos son nuestros últimos días, Verdi nos ha dado la posibilidad de exprimirlos al máximo”.
En estos días de cuarentena, sus residentes se han unido a las actuaciones desde casa que ya protagonizan músicos y cantantes italianos. Vea a continuación un vídeo del barítono Armando Ariostini:
https://www.facebook.com/1269771341/videos/10222333545068720/
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