Catherine Foster: “Como matrona, aprendí a enfrentarme a la vida y la muerte simultáneamente”
Catherine Foster: “Como matrona aprendí a enfrentarme a la vida y la muerte simultáneamente”
Debido a su experiencia como matrona y enfermera, la soprano Catherine Foster aprendió a enfrentarse a la vida y la muerte a diario, una experiencia que le ha ayudado a mimetizar sus emociones con las de los personajes que han ido construyendo su carrera hasta encumbrarla como una de las sopranos wagnerianas de referencia en la actualidad.
En una entrevista con Vanessa Thorpe, del diario The Guardian, la soprano recuerda sus inicios en la lírica y el salto al vacío de que supuso dejar un trabajo fijo como enfermera para alcanzar su sueño de ser cantante.
Foster comenzó su carrera laboral en el terreno de la sanidad, donde se vio forzada a lidiar con la felicidad y la impotencia, la tristeza y la esperanza al tratar con diferentes pacientes: “Sé que hay belleza y maldad en el mundo. Puedes estar tratando a una mujer que se enfrenta a la pérdida de un ser querido en una habitación mientras que en la de al lado cuidas de la que acaba de ser mamá por primera vez. Esta gestión emocional es la que me ha ayudado a separar mis sentimientos. Tenía que estar preparada para cualquier de ellos”, recuerda la soprano.
Aunque siempre ha cantado, declara Foster, su primer contacto con el mundo profesional llegó por casualidad cuando asistía a una mujer en el parto de su primer hijo. Su marido, presidente de una compañía dramática local le dio el teléfono de dos profesores de canto. Gracias a ellos conoció a Pamela Cook, quien cambiaría su vida para siempre.
Cuando acabó sus estudios en el Conservatorio de Birmingham, Foster continuó su carrera en Alemania por la dificultad del panorama en Inglaterra: “Necesitaba experiencia y no hay mejor punto de partida para un cantante novel que Alemania”.
En Weimer, Foster descubrió el repertorio alemán: “Nunca había cantado Wagner y descubrí que era como un bálsamo para mi voz”. En Bayreuth, Foster encarnó el papel de Brünnhilde seis veces consecutivas con el aplauso unánime de público y crítica.
En su preparación para un nuevo papel, la soprano recurre a sus conocimientos como personal sanitario y ahonda en la personalidad de sus pacientes para construir un retrato fiel del personaje de cada ópera. Para Elektra, explica, tomó como modelo el comportamiento de tres pacientes con patologías mentales: “Elektra es una manipuladora incapaz de superar la muerte de su padre. Además, sabemos que el libretista, Hugo von Hoffmanstahl, visitó psiquiátricos para inspirarse sobre el personaje que estaba a punto de retratar”.
“He pasado de una profesión que demandaba dar el 110% a una que reclama el 110%”, concluye la cantante.
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