Celso Albelo, diez años de éxitos
Ópera en A Coruña
Celso Albelo, diez años de éxitos
Obras de Donizetti, Verdi y W.V.Wallace. Celso Albelo, tenor y Juan Francisco Parra, piano. Teatro Rosalía. A Coruña, 2 de septiembre.
Han pasado diez años desde la presentación de un joven Celso Albelo en A Coruña. Resultaba curioso comprobar el cambio de imagen de entonces a ahora en el breve video proyectado al inicio del recital con el que le homenajeaba la sufrida Asociación de Amigos de la Ópera de la ciudad, mareada entre tanta marea y sin saber si ir a babor o estribor en la mar gruesa en la que vive la música en A Coruña. En estos diez años ha consolidado una importante carrera que le ha llevado a cantar en los principales teatros del mundo y cosechar múltiples premios, desde el de Ópera Actual en 2008 al de los Campoamor de 2012 al mejor cantante de la temporada, pasando por el mismo premio dos años antes al cantante revelación. No sólo ha cambiado la imagen, sino también la voz, que ha crecido considerablemente, lo que le permite ampliar su repertorio, incorporando papeles como “Werther”, aria con la que cerró las propinas solicitando a Cesar Wonenburger, director artístico del festival, su debut gallego en el rol.
Centró el repertorio de este recital en Donizetti, con la única excepción de la verdiana “La dona è mobile” final y lo empezó con una modélica interpretación de “Cercherò lontana terra” del “Don Pasquale”. Se ha escrito muchas veces que Albelo recuerda a Kraus, cosa que es cierta a pesar de que ya haya encontrado su propia personalidad, pero en esta aria quien venía a la mente era Carlo Bergonzi y su maestría canora en el fraseo. El de Albelo es una delicia, por claridad y musicalidad. Había ternura, sentimientos, junto a unas notas delicadamente ligadas y un admirable control y dosificación de las dinámicas, con preciosas medias voces y filados. Continuó así toda la noche, con la excepción de la cabaleta que sigue a la comentada aria, bastante a trompicones y con la voz algo velada en el registro medio. Sería probablemente por encontrase aún frío, pero yo no la habría incluido. Hubo muchas otras ocasiones para lucir legato, como el “Pour me rapprocher de Marie”, aunque esta vez no ligó tanto las frases como en otras ocasiones, la “Furtiva lagrima” de “Elixir” o el “Fra poco a me ricovero” de “Lucia” y también para apabullar con sus brillantes y solidísimos agudos: los de “A te o cara”, “La dona è mobile” o la ristra de “La hija del regimiento”, repetidos por cierto como propina, aunque debería evitar la tendencia a tratar de ganar la última peseta al final de cada uno de ellos. Un recital en el que hubo mucho con lo que disfrutar de un tenor en plenitud en voz y escuela, bien acompañado al piano por Juan Francisco Parra, que amenizó al auditorio con un par de fantasías sobre temas líricos. Gonzalo Alonso
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