Censurar o repensar los clásicos
Censurar o repensar los clásicos
El mundo del cine y las industrias creativas se dividen por la retirada de un clásico en una plataforma de vídeo, alimentando el debate sobre la recepción de estas obras en nuestro tiempo
La retirada temporal de Lo que el viento se llevó del catálogo de WarnerMedia continúa con el espíritu de reflexión que inició el movimiento Black Lives Matter, una oleada de protestas en contra del racismo que desencadenó el asesinato de George Floyd en manos de un policía blanco de Mineápolis.
Las reacciones a favor y en contra de esta retirada han incendiado las redes sociales y la opinión pública, un camino que ilumina la revalorización sobre la recepción de los clásicos en la actualidad.
El retrato de la esclavitud en la película, ya desde las primeras líneas de su guión – “En este bello mundo, la gallardía hizo su última reverencia. Aquí se vieron por última vez caballeros y señoritas, amos y esclavos”- fue cuestionado en su estreno y lo sigue siendo ahora. A pesar de la calidad de la película, con 10 premios Oscar, esta “perpetua estereotipos hirientes sobre las personas de color”, describe el guionista John Ridley.
El mismo cuestionamiento de valores alumbró el movimiento Me Too, que puso en primera línea las denuncias por acoso sexual del productor Harvey Weinstein y con ello, una realidad callada en la industria cinematográfica que puso en foco en el ámbito laboral, social y doméstico.
Así, la línea entre lo aceptable y lo inaceptable, en términos de racismo, xenofobia o machismo, es la esencia de ambos movimientos, que buscan la empatía y entendimiento de las personas en un entorno plural.
Al igual que con Lo que el viento se llevó, esta mirada podría aplicarse al repertorio lírico clásico, que retrata realidades del pasado susceptibles al entendimiento de hoy día: la violencia de género en Carmen, Rigoletto, Otello o La violación de Lucrecia; el racismo en Aida, Il Trovatore, Il turco in Italia, Lohengrin, Sansón y Dalila y la Tetralogía del Anillo; el machismo en Don Giovanni, Las Bodas de Fígaro, Così fan tutte, o La Bohème; o el fanatismo religioso en Don Carlo, Les Huguenots o Parsifal.
Como indica el cantante Andoni Martínez en una entrevista con el diario ABC, quien prepara actualmente un disco solidario con 12 temas líricos y una gira por residencias de mayores, si títulos como La Traviata, Otelo o Carmen fuesen “censurados por tratar temas políticamente incorrectos, habría una rebelión”.
A raíz de la eliminación de Lo que el viento se llevó de la plataforma de vídeo bajo demanda, distintas personalidades del cine ha subrayado la responsabilidad por la inclusión y representación social de las industrias culturales social evidente, por lo que en lugar de utilizar la palabra censura, que es un problema, hay que luchar por encontrar nuevas formas de representación positiva: “No se trata de destruir estas películas sino de ser sensibles con el momento actual y pensar en mejores formas de presentar el material, que tiene otro significado en este contexto”, indica Darnell Hunt en unas declaraciones recogidas por El País.
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