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Por Publicado el: 01/08/2009Categorías: Crítica

Chapi en tono menor

Festival de El Escorial
Chapi en tono menor
Chapí, una comedia divina. Adí Producciones, S.L. Orquesta de la CAM. Teatro de El Escorial, 31 de julio.
El pasado enero se estrenó en Torrent un espectáculo de algo más de cien minutos sobre Chapí, recreando su vida y obra en plan de homenaje, que ahora llegó al Festival de verano de El Escorial. Adi Producciones con la compañía teatral “Zarzuela de bolsillo”, el pianista Lorenzo Petri y la Orquesta de la CAM bajo dirección de José Fabra plantean un recorrido que abarca la vida del compositor alicantino e incluye sus estancias en Roma, París, Madrid y Valencia en el que se pretende inscribir a Chapí dentro de su época. Por ello no sólo suenan sus músicas, por cierto pocas de las serias, sino también la “Mattinata” de Leoncavallo, la “Traviata” de Verdi o la “Carmen” de Bizet, por citar algunos ejemplos. La propuesta comienza con un mero acompañamiento de piano para, ya muy entrada la obra, dar paso a una reducida orquesta. El guión es correcto, la historia protagonizada por el autor, su ama de llaves y Carlos Arniches resulta ágil, los cantantes cumplen con dignidad e incluso alguno con mérito, el plantel actoral funciona y, en definitiva, el espectáculo se ve con agrado y entretiene.
El problema es otro. No andan lejanas las declaraciones de políticos asegurando que El Escorial sería el Salzburgo español. Siempre pareció una declaración de intenciones absolutamente irreal, pero aquella ambición no ha podido quedar en menos. Con un presupuesto ridículo se llega a tener que presentar como plato fuerte, en la sala grande del teatro, un espectáculo que sin duda encajaría muy bien en Torrent, pero que en un festival que se precie no habría dejado de ser una actividad paralela en una sala menor mientras en la principal se ofreciese una obra grande de Chapí, como “Curro Vargas” por poner un ejemplo. Y por ello, y por el muy menguado aforo que se registró en las dos sesiones dedicadas a este título y, en general, en todas las programadas, es obvio que la CAM ha de replantearse su actividad en El Escorial. O lo cierra o lo llena de auténticos contenidos, sabiendo que el discreto término medio artístico nunca funcionará. El público sólo llegará a esta villa de la Sierra con espectáculos y precios populares, tipo la programación de Promoconcert, o con calidad elitista a precios altos, tipo Glyndebourne. Lo demás es perder el tiempo, dinero y, además, entristece. Gonzalo Alonso

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