Comentarios en la prensa: ‘La voz humana’, ‘La espera’ y ‘Silencio’ en el Teatro Real
La voz humana de Poulenc, La espera de Schönberg, Silencio de Rossy de Palma y Christof Loy. Reparto: Ermonela Jaho, Malin Byström, Rossy de Palma, Gorka Culebras. Orquesta Titular del Teatro Real. Dirección musical: Jérémie Rhorer. Dirección escénica: Christof Loy
Como cuenta el Teatro Real, “esta producción supone un acontecimiento, ya que es la primera vez que La voz humana se representa en el Teatro Real”. Se ha estrenado junto a La espera, bajo la firma escénica de Christof Loy. Como nexo entre ambas óperas, Rossy de Palma estrenó el monólogo Silencio.
Esta coproducción con el Teatro Wielki de Varsovia, y en el marco del 150º aniversario del nacimiento de Schönberg, ha recibido diversas críticas, afirmando que “la presencia de Rossy de Palma es beneficiosa como elemento mercadotécnico, pero la gracia de la ‘exploración’ es una mera frivolidad” (Alberto González Lapuente, ABC).
Álvaro del Amo afirma que Ermonela Jaho fue “muy poco ayudada aquí por ambos directores”, mientras que defiende el número de Malin Byström como recuerdo “al espectador operófilo que se encontraban entre un coliseo lírico de primera categoría“.
Reunimos a continuación las opiniones de los críticos de los principales diarios nacionales.
EL PAÍS 18/03/2024
Un Erwartung bien acompañado cierra el homenaje del Teatro Real a Schoenberg, por Jorge Fernández Guerra
Es un monodrama con una cantante en escena, una orquesta completa y una duración de poco más de media hora. Y ese es uno de los grandes problemas de este título
La opción elegida para esta producción, juntar Erwartung con el título más popular de Poulenc, La voz humana, tiene interés, pero también fricciones. Ambas tratan de dos monólogos de sendas mujeres desesperadas por una separación. Pero, hay abismos estilísticos entre dos óperas separadas por más de medio siglo (…)
Añádase a ello, esa curiosa propina de Rossy de Palma, Silencio, un monólogo que tiene más de redundancia que de especificidad, pese a la calidad de los textos de Wilde, Brecht y la chispa de Rossy de España.
(…) Afortunadamente, esta producción del Teatro Real ha proporcionado todo esto. Las dos sopranos bordan sus papeles.
La albanesa Ermonela Jaho se adapta al papel de sufridora de Elle en La voz humana, con un repertorio de musicalidad y encanto sonoro encomiables.
(…) La soprano sueca Malin Bystrom se adapta como un guante a una partitura que precisa graves bien sostenidos y procaces saltos al agudo en los momentos de mayor tensión, rango que no suele abundar en los registros de soprano. Y, por supuesto, todo con un soporte sonoro que consigue hacerse escuchar por encima de un orquestón como el que propone Schoenberg. (…)
Y falta el último actor, la orquesta y su director, el joven conductor francés Jérémie Rhorer, (…) la Orquesta Titular del Teatro Real se vuelve transparente, elegante y fluida. (…)
(…) la propuesta de Christof Loy, pero sus excesos no eliminan un dominio escénico que acomoda la acción a propuestas visuales muy bien ajustadas a su transcurso. Me atrevo a decir que esta producción escénica es una de las que más me gustan de las que no me gustan. Y ello incluye el monólogo de Rossy de Palma, prescindible, pero sin molestar, y gracioso por el toque cómico de la conocida actriz, poco más.
EL MUNDO 17/03/2024
Tres piezas sueltas: los dípticos no se improvisan, por Álvaro del Amo
La ópera, o monodrama, de Poulenc sobre la pieza en un acto de Jean Cocteau comparece junto al monodrama, u ópera en un acto, de Schoenberg. En ambas la voz fieramente humana de una mujer sin nombre increpa lamentable e inútilmente al destino; destino adverso encarnado en el varón que abandona a la dama francesa agarrada al teléfono, y que se ha ido al otro mundo dejando a la alemana con el espanto de una expectativa quebrada. En Poulenc ella se debate en el apartamento o habitación del hotel donde tantos abrazos se celebraran.
Según el creador del dodecafonismo, ella transita un espacio peor amueblado: nubes de pesadilla o el consabido bosque, animado o espectral, del delirio angustioso. Ambas mujeres carecen de nombre porque han perdido su identidad para recibir la música encargada tanto de describir sus emociones como de zambullirse en unos sentimientos tan hondos y desgarradores que adquieren un temblor metafísico. El ser humano en el momento de sucumbir bajo el peso del enigma de la existencia.
El espectáculo del Teatro Real, con dirección escénica de Christof Loy y musical de Jerémie Rhorer, ha incorporrado a la actriz Rossy de Palma con el resultado de un artefacto muy irregular, se diría que muy poco trabajado y del todo inútil si se pretendía articular una función de una mínima coherencia. El público, que llegaba con la mejor disposición, salió al absurdo entreacto aburrido, a pesar de la brevedad de la humana voz de la amante abandonada. Ermonela Jaho ya sabemos que es una excelente cantante, muy poco ayudada aquí por ambos directores. Se vio obligada a deambular por un enorme escenario con un vago aire de loft en vísperas de una mudanza, y obligada también a gritar para imponerse al estruendo de la orquesta. Ni rastro del perfume francés de la partitura, gélido el tratamiento del drama, extraña la presencia de Rossy como la amiga que nada puede hacer, por la sencilla razón de que no aparece en la obra.
Al regreso del desconcertante entreacto es preciso soportar la extraña patochada, invención de Loy y de Rossy, quien recorre el proscenio arrastrando larga y espesa cola recitando caprichosamente con un apunte de reminiscencia almodovariana a la que algunos fans parecían dispuestos a entregarse. El breve bodrio es calificado de “exploración poética y teatral”.
Con Malin Byström, la heroína de Schoenberg, los artífices del fallido invento recordaron por fin al espectador operófilo que se encontraban entre un coliseo lírico de primera categoría. Magnífica la cantante, apoyada esta vez por una dirección orquestal que desentrañaba magistralmente la música magistral, y un criterio escénico cuyas libertades brotaban de la obra misma. Pronto se olvidaron las dos piezas anteriores, un conjunto que dejaba la enseñanza de que los dípticos no se improvisan.
ABC 18/03/2024
Juego de damas en el Teatro Real, por Alberto González Lapuente
‘La voix humaine’, tragedia lírica con música de Francis Poulenc, y ‘Erwartung’, monodrama compuesto por Arnold Schoenberg, comparten estos días escenario en el Teatro Real. Su propósito es manifestar la separación, la soledad y el sufrimiento. Así lo explica el director Christof Loy (…) Cuenta ahora con la colaboración de las sopranos Ermonela Jaho y Malin Byström, como parte imprescindible del espectáculo, y también del director musical Jérémie Rhorer, cuya presentación madrileña es otro aliciente innegociable. Hay que incluir en el reparto a Rossy de Palma quien se presenta como autora e intérprete de un monólogo que trata de engarzar los dos títulos. Pero lo suyo está en otra dimensión, como se verá más adelante…
Por el momento surge la extraordinaria progresión del suspense y la precisión en el dibujo de dos personajes atormentados en un entorno estrictamente cotidiano. (…)
Desde luego, observar a Ermonela Jaho significa avanzar poco a poco en la desesperación. En su interpretación aún cabe una mayor penetración en el personaje pero es tanta la grandeza y calidad de la voz, tiene tanta enverga dura la construcción que hace del personaje, que el resultado deja en una posición secundaria cualquier duda, incluyendo la prudencia (…)
Malin Byström deja tras de sí un rastro indeleble. Si Jaho, muy afín a ‘La voix humaine’, crece de forma progresiva, Byström lo hace enredada en una línea quebrada que coloca en permanente tensión la certeza y la duda. La perturbadora impresión que surge de ambas lecturas debe mucho al apoyo que ofrece el director Jérémie Rhorer (…)
Loy se carga de razones ante dos obras maestras pero le cubre la sombra de la duda frente al inserto de una llamada ‘exploración poética y teatral’ titulada ‘Silencio’ que interpreta Rossy de Palma (…) La presencia de Rossy de Palma podrá ser beneficiosa como elemento mercadotécnico, pero la gracia de la ‘exploración’ es una mera frivolidad a la estética de Loy.
Últimos comentarios