A finales del pasado mes de julio, el pianista Pavel Kushner falleció en una prisión rusa donde se encontraba encarcelado por su oposición al presidente Vladimir Putin. A raíz de este hecho, numerosos músicos de todo el mundo han firmado una carta en la que condenan su muerte en esas circunstancias, además del clima represivo que vive Rusia en la actualidad.

El pianista ruso Pavel Kushner

La muerte en prisión del pianista ruso Pavel Kushner ha desencadenado una ola de reacciones por parte de músicos de todo el mundo. El músico se encontraba en una prisión de Birobidzhan por su lectura de poemas en contra de Vladimir Putin en su canal personal de YouTube. A modo de protesta por su encarcelamiento, Kushner inició una huelga de hambre, la cual ha terminado con su vida a los 39 años.

Músicos de renombre internacional han firmado una carta pública de condenan de este hecho, además del clima represivo que vive Rusia por parte del régimen de Putin y de la falta de información en un contexto en el que las fake news o noticias falsas están a la orden del día. La carta reza:

“¡Hola! Mi nombre es Pavel Kushnir. Soy pianista de profesión (no me da miedo esta palabra) y trabajo como solista de la Sociedad Filarmónica de Kursk”.

Así comienza una de las cartas del pianista, escritor y activista Pavel Kushnir, de treinta y nueve años, fallecido recientemente en una prisión de Birobidzhán tras una huelga de hambre. Estuvo encarcelado allí en espera de juicio por criticar la guerra del gobierno ruso. Su delito fue tener un canal de YouTube con cinco suscriptores en el que hablaba contra la guerra. La historia de Don Quijote se repite, con un final catastrófico que, lamentablemente, es más propio de la vida que de la literatura.

Nosotros también somos músicos. Aunque sea difícil escribir, pensar, existir, cuando nos enfrentamos a un mal que lo abarca todo, debemos adoptar una postura. Nada nos devolverá a Pavel Kushnir. Escribimos aquí para recordarle y por los innumerables presos políticos desconocidos en Rusia y en todo el mundo. Quizá la mayor tragedia en la vida de Pavel sea que nos estamos dando cuenta ahora, en nuestros días, de lo extraordinario artista, escritor y pensador que era.

Sencillamente, no le conocíamos. Esto debe recordarnos que el perverso «proceso de selección» de las fuerzas del orden lleva a la cárcel a las personas más maravillosas e intrépidas, que a menudo son las mejores personas de una nación enferma. Tienen incluso menos posibilidades de beneficiarse de un intercambio de prisioneros que las personas que conocemos por los medios de comunicación, pero no debemos olvidarlas.

En el infernal caleidoscopio actual de noticias falsas, falsa moral y falsos valores, nos hemos vuelto casi sordos. Cuando de repente oímos un sonido distante y hermoso que, a pesar de su modestia, ahoga el omnipresente rugido y estruendo infernales, nos inclinamos ante esos héroes y visionarios que, en su desesperada soledad, se sacrifican por la humanidad y pagan el precio definitivo.

Martha Argerich, Daniel Barenboim, Elena Bashkirova, Boris Berman, Andrey Boreyko, Yefim Bronfman, Isabelle Faust, Julia Fischer, Sol Gabetta, Kirill Gerstein, Vladimir Jurowski, Igor Levit, Alexei Lubimov, Mischa Maisky, Alexander Melnikov, Anne-Sophie Mutter, Emmanuel Pahud, Sir Antonio Pappano, Sir Simon Rattle, Sir András Schiff, Katia Skanavi, Andreas Staier