Plan de suscripciones

Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

calendario operístico 2023

Últimos tuits de Beckmesser

trovatore-teatre-liceuCrítica: Il Trovatore en el Teatre del Liceu
marta-zabaleta-festival-iturbi-eva-ripollCrítica: Marta Zabaleta en el I Festival de Piano José Iturbi. Goyescas para Amparo
Por Publicado el: 02/10/2020Categorías: En vivo

Crítica: Pierre-Laurent Aimard. Un Beethoven de nuestros días

Ciclo Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo

Pierre-Laurent Aimard

Un Beethoven de nuestros días

Beethoven: “Sonatas nº 31, op. 110” y “nº 29, Hammerklavier, op. 106”. Pierre-Laurent Aimard, piano. Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo. Auditorio Nacional, Madrid, 30 de septiembre de 2020.

pierre-laurent-aimard

Pierre Laurent Aimard

Este pianista galo, venido al mundo en Lyon en 1957, es por muchas razones una rara avis. Su buen entendimiento de los pentagramas, el respeto por los estilos, la capacidad de análisis, el amor por lo nuevo y la sinceridad en la búsqueda de propuestas distintas, nos lo muestran como un artista siempre con cosas que decir, sensible, atento, aplicado y honrado.

Son interesantes estas manifestaciones del pianista acerca de la obra para teclado de Beethoven (de quien grabó en su día los cinco “Conciertos” con Harnoncourt): “Era un gran investigador de los sonidos, especialmente en las sinfonías, pero también en los conciertos y sonatas, donde siempre estaba experimentando. Tenía ideas metafísicas o poéticas y trataba de convertirlas en situaciones acústicas extremadamente nuevas”. No es raro por ello que haya recreado las dos sonatas elegidas desde un ángulo no muy habitual en el que se refuerzan efectos tímbricos, acentos, ataques, dibujos, inflexiones no del todo acordes con lo que podríamos considerar un estilo romántico puro.

Una mirada singular que otorga a las lecturas una cierta sequedad, pero que las envuelve en una pátina novedosa y estimulante, que nos deja ver nuevos perfiles y luces insólitas, lo que es verdad que orilla parte de esa emoción, de ese sentimiento, de ese latido que tantas veces nos ha tocado el alma. Naturalmente, esa óptica casa en mayor medida con la “Sonata Hammeklavier”, una partitura demoledora, especialmente adelantada a su tiempo, de una extrema dificultad, coronada por una impresionante y extensa doble fuga y cuajada de sorprendentes disonancias. Una composición que causó en su día auténtica sorpresa en el público y en la crítica y pavor en los pianistas, que aún hoy, con los instrumentos modernos, se las ven y se las desean y se tientan las ropas para sacar adelante con limpieza, al menos con dignidad, todo su contenido.

Algo que sí creemos que logró Aimard, que nos parece recordar que ya tocó esta obra en Madrid hace tiempo cuando nos visitó por primera vez. Antes, escuchamos una nítida versión, no especialmente efusiva, pero bien nortada, de la “Sonata nº 31”, de hechuras bien distintas, que era para el ilustre Wilhelm Kempffla confesión más íntima de Beethoven”. Carácter que quizá se le escapó al pianista francés, que, muy aplaudido por el escaso público –diezmado además por la especial ubicación propia de estos días-, nos regaló impertérrito, emparejadas de dos en dos, cuatro bagatelas beethovenianas y cuatro piezas del cuaderno “Musica Reservata” de Ligeti. Arturo Reverter

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos