Crítica: Anja Harteros, una gran Tosca
TOSCA (G. PUCCINI)
Deutsche Oper de Berlín. 4 Octubre 2018.
Continúa el viaje a Berlín con esta representación de Tosca, que ha tenido un notable resultado, especialmente por el reparto vocal reunido, en el que ha destacado de manera especial la protagonista, encarnada por Anja Harteros. La dirección musical se ha movido por caminos de corrección y la producción escénica ha sido una de las más clásicas y tradicionales que se pueden ver todavía en un teatro de ópera.
La Deutsche Oper ha vuelto a poner en escena la producción del ya desaparecido Boleslaw Barlog, que llega con ésta nada menos que a 393 representaciones. Ha cumplido la cifra espectacular de 49 años y bueno será recordar que en su estreno Tosca fue la siempre recordada Pilar Lorengar. Un auténtico prodigio de longevidad. Estamos ante una producción de las que hoy no se llevan, es decir escenarios realistas, vestuario de la época en la que se desarrolla el drama y ni la más mínima provocación. En la escenografía de Filippo Sanjust no falta nada: la Madonna en una columna (como dice el libreto), la pila y la capilla en el primer acto. Por supuesto, el crucifijo y los candelabros en el segundo, y, finalmente, la terraza, el ángel y la vista a lo lejos de San Pedro del Vaticano en el tercero. El vestuario lleva la firma del mismo Filippo Sanjust y es el visto tantas veces, destacando el de Floria Tosca, que fue estrenado hace casi 6 años para el debut de Anja Harteros en el personaje. Una producción del mayor de los clasicismos, especialmente recomendada para nostálgicos, aunque no tiene el brillo de las de Franco Zeffirelli.
La dirección musical estuvo encomendada al italiano Pier Giorgio Morandi, director muy habitual en Alemania y también en los países nórdicos. Su actuación ha sido correcta y eficaz, como suelen ser todas las suyas, aunque ha habido algunos excesos de sonido en el foso en ocasiones. Buena la prestación de la Orquesta de la Deutsche Oper y correcto también el Coro de la Deutsche Oper en sus breves intervenciones.
Volvía a encarnar al personaje de Floria Tosca la soprano Anja Harteros, a quien no tengo dudas en considerar como la mejor intérprete posible del rol hoy en día. He tenido ocasión de escucharla en el personaje en varias ocasiones y siempre disfruto con sus interpretaciones. Anja Harteros no tiene otra rival en Tosca que ella misma y el recuerdo imborrable que nos ha dejado en sus interpretaciones anteriores. En este sentido diré que su interpretación ha vuelto a ser magnífica, aunque no ha llegado al nivel que exhibió aquí mismo en su debut en el personaje hace casi 6 años o en aquellas inolvidables representaciones en Munich, donde le acompañaban en el reparto Jonas Kaufmann y Bryn Terfel, dirigidos por Kirill Petrenko. En cualquier caso, sigue siendo una gran intérprete del personaje.
Como Cavaradossi le acompañaba el tenor argentino Marcelo Álvarez, cuya actuación me ha resultado un tanto decepcionante, al menos en lo que a su canto se refiere. Su voz sigue siendo muy bella (algo más oscura que antes) y su adecuación vocal al personaje no ofrece dudas. Sin embargo, su interpretación me ha resultado muy superficial. Ha faltado ligazón en su fraseo, ya que las paradas eran llamativas, especialmente cuando tenía que ir a las notas altas, que siempre fueron emitidas en forte. Esto fue particularmente llamativo en el primer acto, con una ‘Recondita Armonía’ de escaso interés. Lo mejor lo ofreció en el acto final, tanto en su gran aria como en el arioso ‘O dolci mani’. Le recuerdo actuaciones mucho más brillantes.
Scarpia era el uruguayo Erwin Schrott, que tuvo una buena actuación, resultando convincente en su interpretación. Acababa de verle en el Teatro Real en el Mefistófeles del Fausto de Gounod, y la verdad es que hoy Scarpia le va mucho mejor. Por cierto, en apenas 48 horas vuelve a ser Mefistófeles en Madrid. Curioso.
En los personajes secundarios Seth Carico fue un correcto Sacristán, mientras que el coreano Byung Gil Kim me resultó demasiado ligero en Angelotti. Muy exagerado en escena James Kryshak como Spoletta, y a veces inaudible. Correcto el Sciarrone de Paul-Anthony Keightley, así como el Carcelero de Dong-Hwang Lee. El Pastorcillo era Lola Violetta Haberstock, de voz bastante reducida.
Sorprendentemente, el teatro no estaba lleno con una ocupación de alrededor del 90 % de su aforo, estando los mayores huecos en los pisos superiores. El público dedicó una acogida entusiasta a los artistas, especialmente a Anja Harteros y a Erwin Schrott.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 3 horas y 4 minutos, incluyendo dos largos intermedios, posiblemente inevitables dadas las características de la producción. Duración musical de 2 horas exactas. Ocho minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 136 euros, habiendo butacas de platea al precio de 72 euros. La localidad más barata costaba 44 euros. José M. Irurzun
Fotos: B. Stöss
Últimos comentarios