Crítica: Bernstein à la carte
BERNSTEIN À LA CARTE
Clayton White’s Hotel de Wexford. 25 Octubre 2018.
El Festival de Wexford ofrece todos los años una serie de operas cortas en el pequeño teatro del Hotel White’s, que está muy ligado al festival, ya que fue precisamente el dueño entonces del hotel uno de los fundadores del Festival. Este año ofrecen Don Pasquale, La Fanciulla del West y un concierto dedicado a Leonard Bernestein, que lleva por título Bernstein á la Carte.
Me parece una manera muy apropiada de celebrar el centenario del nacimiento de Leonard Bernstein, como están haciendo muchos teatros, como ha sido el caso del Liceu de Barceloan hace escasas fechas, al ofrecer Candide en versión de concierto.
Wexford ha ofrecido un concierto en representación escénica de una serie de obras de Bernstein, que ha contado con la colaboración de 7 jóvenes cantantes, que han actuado y cantado de manera interesante.
El espectáculo ha contado con auténtico movimiento escénico, obra de Roberto Recchia, que ha hecho varios trabajos anteriormente en el Festival. Se ofrece un pequeño escenario en forma de habitación, donde los cantantes van a dar una a fiesta a Leonard Bernstein, que obviamente no llega, y se dedican a ofrecer composiciones del autor mientras esperan su llegada. Las interpretaciones tienen su cierta vida escénica y cuentan con una pantalla al fondo, donde se proyectan imágenes de programas alusivos al estreno de las distintas obras. El espectáculo funciona bien.
La dirección musical corre a cargo de Tina Chang al piano, que suele ser habitual en estas funciones cortas, como otros años. Su actuación ha sido buena, como siempre.
El programa ha ofrecido fragmentos de West Side Story, que de hecho abrió el espectáculo con la interpretación de Tonight, ofreciendo también el aria de Tony (María) y la canción de María (Somewhere).
El otro de los musicales que ha formado parte de la programación ha sido On the Town, estrenada en 1944, de la que se han ofrecido hasta 5 números.
Por supuesto no ha faltado Candide, de la que se ha ofrecido el siempre brillante Glitter and be gay, así como otros dos números más.
También ha estado presente La Bonne Cuisine que se estrenara en 1947 con varias canciones. El programa se ha completado con canciones de I Hate Music, así como de A Wonderful Town.
Vocalmente, ha contado con 7 jóvenes cantantes, que han hecho frente a todos los números y han actuado de manera notable en escena, aplicando buenas dosis de buen humor.
Lo mejor entre ellos ha correspondido a la soprano Gemma Sommerfield, con una voz atractiva y bien manejada. Positiva también la prueba de la mezzo soprano Rosemary Clifflord. La soprano ligera Emma Nash tiene facilidad por arriba, aunque la voz no tiene especial atractivo.
Entre los hombres, el tenor James Liu actuó indispuesto y se notó en ocasiones. Lo hicieron bien las voces graves de Jevan McCauley y Owain Browne, cumpliendo también el tenor Ronald McCusker.
El público mostró su favorable impresión durante todo el concierto. El teatro estaba casi completamente lleno.
El espectáculo comenzó con 5 minutos retraso y tuvo una duración de 1 hora y 15 minutos, sin intermedios. Tres minutos de aplausos.
El precio de la localidad única era de 30 euros. José M. Irurzun
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